Suscribete a
ABC Premium

Pedimos perdón

«Pedimos perdón por disfrutar con un mole poblano y un pozole taxqueño, aunque después -provisto sólo con un estómago español- debamos pasar por la enfermería. Pero no pedimos perdón por el desastre en que sumieron a sus países los criollos triunfantes en las independencias, al romper todo el sistema comercial y administrativo virreinal, para convertirse en cacicatos de millones de kilómetros cuadrados»

Por Serafín Fanjul

No parece un buen argumento -si no damos otro- para rechazar las recurrentes y pesadísimas acusaciones sobre la Conquista y etc. conformarnos con aludir a la progenie de conquistadores y pobladores del XVI y XVII, los actuales hispanoamericanos. Es escapista e incurre en una contradicción: ... si no asumimos lo malo, tampoco podremos reivindicar lo bueno como nuestro. Y hubo muchísimo, en un análisis global. Así pues, asumiendo «el relato de agravios», como gusta decir el nieto del santanderino, si se trata de hechos históricos probados, no de calentones bucales de demagogos, queremos ofrecer una botanita al presidente mexicano, en vez de propinarle una cachilada, como apetece a todo padre cuando un hijo consentido le suelta una impertinencia. Por consiguiente, aceptemos que la nuestra es una responsabilidad más moral que genética, como continuadores de la nación llamada España.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia