El club de los idiotas

¡Será que lo tenemos! Pero es más, la presentación del nuevo límite del techo de gasto -un nuevo récord de 196.142 millones que dispara las transferencias a la Seguridad Social para sanear sus cuentas- sugiere que podemos seguir gastando más si queremos el año que viene... ¡Ah, pues entonces no! Lo que somos, y seremos, es cada vez más pobres. Porque eso de darle a la manivela para hacer billetes y que todos tengamos dinerito a troche y moche, y sin quererlo devolver, no es tan fácil. Y ni mucho menos va como dice el hermano economista del ministro de Consumo. Lo dicho, somos y seremos- más pobres, sí, y también más idiotas. Por tragar con ello. Hay cosas que pasan por algo, y hay cosas que por algo ¡no pasan! O viceversa, tanto da...

Tendremos lo que nos merecemos, porque parece que no reaccionamos a nada y, lo peor, no queremos enterarnos. «La falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, de modo que cuando las gentes se dan cuenta del engaño ya es demasiado tarde». Si la frase es de Cervantes o no me da igual, el asunto es que es así y da igual el tiempo que pase desde que se pronunció. Y con el nuevo techo de gasto deberían haber saltado todas las alarmas de cualquier persona responsable.

Y a todo esto, la oposición ¿qué opina? Lo mismo como en lo que están es en declarar ‘non grato’ a Abascal, un asunto de máxima importancia para los españoles como todo el mundo sabe, no pueden atender otras nimiedades. Entonces, dejemos ya si eso el reacionar para cuando no tenga remedio el desastre económico y tengamos que ser los mismos de siempre los que tengamos que apagar el fuego, que encima entonces no tendremos ni para pipas.

Pues sepan que el nuevo techo de gasto, que se fija para elaborar las cuentas del año siguiente, es una combinación de estimaciones exageradamente optimistas y brindis al sol que para colmo dejarán al país al borde de la ruina. Dicho queda. Es lo que tenemos. Pero no lo que nos merecemos, a pesar de que nos toman por el club de los idiotas.