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Tribuna abierta

Excelentísimo señor vicepresidente segundo

«Señor vicepresidente, siguiendo sus tesis, los manifestantes escogen las grandes ciudades porque son grandes escaparates que los medios de comunicación harán visibles al mundo entero»

Manuel Mandianes

¿Cómo está? He leído atentamente su tesis buscando responder a la siguiente pregunta. ¿ Por qué usted y sus ministros no condenan la violencia que los radicales de izquierda ejercen en las grandes ciudades?

Los movimientos globales son la vanguardia. Los partidos y los sindicatos privilegian el escenario estatal de actividad; hacen la política más allá de los límites del Estado. Las nuevas tecnologías les permiten actuar sobre la globalización. La acción global y la desobediencia son ejemplos de interacción política no institucional en la escala postnacional (pag. 498). «La acción colectiva articulada, compleja y sostenida, es su principal expresión (499). Se trataba de dar visibilidad política a una serie de figuras de clase fragmentadas (los migrantes, los parados, los precarios, los trabajadores inmateriales en general, etc.), distintas del proletariado industrial fordista, centrales en los procesos productivos contemporáneos, pero invisibilizadas política y sindicalmente (pag. 510)

Se trata de un movimiento plural en su composición, en sus temáticas y en su propia difusión en diferentes lugares del planeta; hablábamos así de un movimiento de movimientos. Estas acciones no se dirigen contra el Estado sino contra instituciones de gestión global. La política del siglo XXI estará dirigida por estos movimientos sociales. «Los movimientos sociales son antisistémicoss que actúan en la escala posnacional a través de formas de acción colectiva, contenciones que configuran un repertorio postnacional. Su novedad consiste en el uso de los recursos productivo-comunicativos del capitalismo y hacen visibles e identificables esos espacios postnacionales para la intervención política conflictiva o institucional. Son «el movimiento de los movimientos» (pag. 502) que, al día de hoy, «no pueden plantearse nada a asumir responsabilidades de gobierno, siendo una cierta colaboración con algunas fuerzas electorales minoritarias de izquierdas que no tienen aspiraciones políticas en solitario, una de las pocas posibilidades de una cierta interlocución con las instituciones. Sin embargo, ello no anula su capacidad de impacto y, sobre todo, sus posibilidades de interacción con movimientos sociales y proyectos políticos de otros lugares, en especial de América Latina» (pag 507)

Las acciones han de llevarse especialmente a cabo en grandes ciudades europeas, grandes escaparates, porque las imágenes tendrán mucha más visibilidad que si se llevan a cabo en países latinos. Los medios de comunicación de alcance mundial se interesan más por Europa y Estados Unidos que por los países de América latina o Asia y África. Aprovechar la represión en Europa por la repercusión mediática. La represión policial ejercida en América Latina o África no tiene repercusión mediática (p. 508). «Utilizamos el cuerpo como arma de lucha política», y el espectáculo como arma de combate» buscando su multiplicación simbólica y metafórica para dar ¡visibilidad a lo invisible y poner en práctica el discurso antinómico visible/invisible (p. 509). Instituciones invisibles pero importantes en la producción capitalista (p. 511). Instrumentos de fuerte impacto simbólico y gran carga comunicativa rigurosamente autónomo (p. 511-12)

A día de hoy, estos movimientos no pueden (y dudamos que sus activistas lo deseen) plantearse nada parecido a asumir responsabilidades de gobierno, siendo una cierta colaboración con las algunas fuerzas electorales minoritarias de izquierda que no tienen aspiraciones políticas en solitario pero si una cierta interlocución con las instituciones lo que no anula su capacidad de impacto y, sobre todo, sus posibilidades de interacción con movimientos sociales y proyectos políticos de otros lugares del planeta, en especial, de América Latina (pag. 505.

La clave está en la creación de un marco de sentido colectivo. Al hablar de «nueva legalidad desde abajo» no hacen sino prefigurar algo parecido a una legalidad revolucionaria, a través de la definición de lo injusto, la aplicación de la sanción, la publicidad y la reivindicación de legitimidad, haciéndola compatible con la potencia estético-simbólica de la destrucción de uno de los símbolos de la Globalización capitalista. (pag. 513) (la construcción del nosotros y el ellos, la creación, en definitiva, de la 'batalla medieval' (pag. 514). La forma específica que adopte depende de numerosos factores, que van desde la audacia y el acierto de los cuadros políticos de turno hasta el favor que les otorgue la diosa Fortuna (pag.516). «Queremos insistir con ello en que nos hemos cuidado de manipular nuestras fuentes (siempre «privilegiadas» como explicábamos en el epígrafe sobre metodología) para adaptarlas injustamente a nuestras hipótesis» (pag. 517). Esto último descalifica su tesis pero es una prueba evidente de su ideología y de su propósito: hacer un manual de guerrilla con el fin de lugar contra el Estado burgués.

Zapatero se ha convertido en un referente progresista mundial y en el representante de una forma de hacer en Europa alternativa a los Estados Unidos. Su éxito electoral se debe, en gran medida, al impacto político de nuevas formas de movilización antisistémicas. Que el Gobierno Zapatero trate de neutralizar o de cooptar las movilizaciones sociales y trate de neutralizar o de cooportar las movilizaciones sociales es una cuestión que «nos parece obvia y previsible de cualquier gobierno europeo». Zapatero es el ariete internacional de los movimientos. Eso explica sus frecuentes viajes a América Latina. La política 'grande', la que concierne a los asuntos generales del planeta, había dejado de ser exclusiva de las élites e informaba, día a día, la práctica de los movimientos (pag 507).

Señor vicepresidente, siguiendo sus tesis, los manifestantes escogen las grandes ciudades porque son grandes escaparates que los medios de comunicación harán visibles al mundo entero. Usted y los suyos no condenan las manifestaciones porque creen que lo único que hacen es defenderse de la violencia que ejercen contra ellos las fuerzas del orden. Usted y los suyos están convencidos de que los manifestantes están llevando a la práctica la 'Guerra de guerrillas' de Lenin, adaptada a las circunstancias actuales; es decir, son el ejército de que disponen los que quieren un cambio de régimen. Usted está hecho un lío, no puede logar un cambio de régimen, como prometía, ni puede apoyar la guerrilla urbana, como sería su íntimo deseo. Pero tampoco la puede descalificar porque sus componentes, gran apoyo suyo, le darían la espalda.

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Manuel Mandianes es antropólogo del CSIC y escritor

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