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¿La derrota de Occidente?
Occidente no es sólo Europa. Es una forma de vida, unos valores que han estado a punto de verse arrollados por invasiones bárbaras o fanáticas, pero siempre han prevalecido
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Iniciar sesiónAcaba de cumplirse el centenario de uno de los libros con más éxito del siglo XX. Me refiero a ‘La decadencia de Occidente’, de Oswald Spengler, que recoge el pesimismo alemán tras su derrota en la Primera Gran Guerra y lo traslada a toda Europa, ... representante de la cultura occidental. Y pese a que entre los vencedores había importantes potencias europeas, Francia e Inglaterra a la cabeza, se tomó como profético por la aparición de tropas de otros continentes, sobre todo norteamericanas.
Si realmente entonces comenzó la decadencia europea, después de dominar durante cuatro siglos el resto del mundo y marcar el rumbo de la historia, fue uno de los grandes temas de debate en las siguientes décadas, sin llegarse a una conclusión. Pero de lo que no hubo ya duda alguna fue que la Segunda Guerra Mundial significó el fin de la hegemonía europea, que se repartieron las dos superpotencias vencedoras, Estados Unidos y la Unión Soviética, que mantuvieron durante el resto del siglo un pulso, la Guerra Fría, que no fue caliente por saber ambas que no iba a haber vencedor, al tener capacidad de destruirse mutuamente.
Un pulso que acabó por razones más económicas que militares, al hundirse el muro berlinés, y la liberación de Europa oriental. Fue tal el optimismo que llegó a proclamarse «el fin de la historia», al haberse impuesto los dos grandes sueños de la humanidad: la democracia representativa como fórmula política y el libre mercado como fórmula económica.
Pero ya advierte el refrán que los sueños en este mundo duran poco, pues quedaban montones de asuntos por resolver. De entrada, había surgido un nuevo aspirante a la hegemonía mundial, China, que tras varios tanteos consiguió mantener unidos control político y libertad de mercado, inundando estos. Por si fuera poco, ha surgido un nuevo rival, el islamismo militante, dispuesto a batirse con el Oeste en su casa o en la suya, como demostró en las Torres Gemelas y está mostrando en Afganistán.
¿Significa la salida, expulsión más bien, norteamericana de aquel país la «derrota de Occidente», como predecía el libro de Spengler y dicen numerosos analistas? Tiene esa pinta y los atentados en Kabul apuntan en ese sentido, pero me libraría muy bien de decirlo.
Occidente no es sólo Europa. Es una forma de vida, unos valores que han estado a punto de verse arrollados por invasiones bárbaras o fanáticas, pero siempre han prevalecido por darse en cualquier pueblo americano, europeo, africano, asiático, incluida la multitud en el aeropuerto de Kabul que se juega la vida para salir.
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