Ucrania llama a la puerta

Lo que está sucediendo supone una ruptura de la paz y la estabilidad en todo el continente y la UE no podía dar un portazo a un país que está luchando por su mera supervivencia ante la brutal agresión de Rusia

El ingreso de un país en la Unión Europea es un proceso complejo y no se puede resumir en un simple compromiso político porque incluye obligaciones y consecuencias –tanto referidas a la Unión como al país que se integra– que no se solventan con una ... firma. Pero lo que se está decidiendo en Ucrania no es algo sencillo. Quien llama a la puerta de la UE es un país independiente que ha sido invadido por un vecino más poderoso y detrás de esta agresión, injusta e injustificable, están las ambiciones imperiales de un autócrata como Vladímir Putin que amenazan directamente a miembros de la Unión. Lo que está sucediendo supone una ruptura de la paz y la estabilidad en todo el continente y la UE no podía dar un portazo a un país como Ucrania que está luchando precisamente para no tener que convertirse en un mero vasallo de la tiranía del Kremlin. Con su sacrificio, los ucranianos están también defendiendo nuestros principios. Lo contrario, negarse a escuchar las aspiraciones de Kiev, habría enviado un mensaje muy celebrado por Putin.

Sin embargo, la decisión de la Comisión Europea no es un cheque en blanco. La llegada de un socio que tiene una superficie mayor que España y una población equivalente a la de Polonia no será fácil de 'digerir' para la propia UE si antes los ucranianos no hacen un esfuerzo real para construir por fin los cimientos de un Estado moderno y funcional que pueda convivir con los demás socios europeos. Las aspiraciones de Ucrania y de otra decena de países que se encuentran en la sala de espera de las negociaciones de adhesión revelan que el proyecto europeo sigue siendo atractivo y que representa esa paz civilizada y fecunda que está profundamente anclada en sus cimientos. Frente a los populismos baratos que alzan las banderas del nacionalismo, como sucedió en el lamentable caso del Brexit, los ucranianos demuestran precisamente que la UE sigue siendo el mejor emblema de la libertad y la democracia. Habrá que volver a reflexionar sobre los límites de lo que puede ser un día Europa porque es evidente que no tenemos capacidad para integrar a todos los países que quieren sumarse a la UE. Pero en estos momentos la de la Comisión ha sido la respuesta correcta.

En todo caso, los ucranianos han pedido dos cosas: armas y apoyo político. Los países de la UE hemos enviado algunas armas, desde luego no todas las que necesitan, y una lista de deberes que tendrán que cumplir aunque sea debajo de las bombas rusas para ganarse el acercamiento a Europa. Por ahora eso, y el inmenso sacrificio económico que suponen las sanciones contra Rusia, es lo que los europeos estamos dispuestos a hacer para ayudarles en este combate que probablemente se prolongará durante años.

La decisión de ayer no es más que un pequeño escalón en un trayecto difícil y muy complejo para el que probablemente tampoco Europa estaba preparada. Veremos todavía muchos episodios de sufrimiento en todos los sentidos a causa de esta guerra criminal que no tiene más causas que la megalomanía de un dictador que ha fracasado a la hora de conducir al progreso a su país durante las más de dos décadas que lleva en el poder. Y la única opción que debe quedar descartada es que se le permita a Putin decir que la ha ganado.

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