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Un pacto para ganar tiempo

La ‘mesa de diálogo’ ha sido solo la cobertura de un acto propagandístico que oculta a los españoles la auténtica agenda que estén pactando Sánchez y Aragonès para el futuro de Cataluña

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Cuando Pedro Sánchez pidió este miércoles a los periodistas que acudieron a la Generalitat de Cataluña que se limitasen a interpretar su cita con Pere Aragonès como un gesto político para la historia, se delató, porque ese, el histórico, es el auténtico valor que quiso ... dar a su inauguración de la ‘mesa de diálogo’. Todo en este presidente del Gobierno está orientado a la magnificencia de sus récords. Si sube la luz, él es el justiciero social que somete a las eléctricas para ajustar la tarifa; si hay una pandemia, la vacunación se desarrolla mejor que en ningún país. Y si una parte de la nación quiere independizarse de España, solo él tiene la fórmula mágica para reconducir el desafío. De las palabras pronunciadas este miércoles por Sánchez, se desprende que su único interés es la escenificación estética de lo que en su día bautizó como «agenda del reencuentro», y aparecer como el único presidente de nuestra democracia capaz de resolver el chantaje secesionista desde el diálogo. Pero a efectos públicos, todo sigue siendo una pantomima. Nadie sabe realmente de qué hablaron, qué agenda real pactaron, ni los tiempos, ni qué orden del día tendrá la siguiente reunión, ni cuándo ocurrirá… Nada.

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