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EDITORIAL

El falso perdón de un terrorista

Con sus palabras de ayer, Otegi no expresa arrepentimiento, no pide perdón, no colabora con la justicia, no resarce a nadie y no indemniza a una sola víctima. Miente con un cinismo cruel

El secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi EFE
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Ayer fue uno de esos días en los que la democracia española se maltrata y desprecia a sí misma, y en los que se avergüenza de ser un sistema engrandecido por su propia historia para terminar sometiéndose a la dictadura inmoral de un terrorista. Para ... conmemorar los diez años desde que ETA se disolvió, Arnaldo Otegi leyó un comunicado en el que dijo «sentir el dolor de las víctimas» , que «nunca debió haberse producido». Como declaración de intenciones casi mil muertos después, casi seis mil heridos después, y casi cincuenta años después, no deja de tener una carga inasumible de hiriente hipocresía. El dolor de las víctimas solo puede sentirse si se ha sido una de ellas . Si se empatiza con ellas, si se les acompaña, si se les protege, y si se les ayuda. Si se les quiere. Ni Otegi ni nadie de Bildu, de Sortu y de todo ese sucio mundo batasuno se han arrepentido jamás de nada. En sus palabras de ayer no hay arrepentimiento, no hay una petición expresa de perdón, no hay colaboración con la justicia, no hay un compromiso de ayudar a ninguna víctima, no hay resarcimiento de ninguna clase, y no hay promesa alguna de poner un solo euro de los muchos que recibe Bildu en subvenciones públicas para indemnizar a las familias de los asesinados. No hay nada más que una trampa dialéctica que la izquierda política ha vuelto a consumir. Y ya nisiquiera de manera claudicante, sino cómplice.

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