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Bildu y Sortu siguen siendo ETA

Los dos partidos se han propuesto blanquear su pasado, como si casi mil personas no hubiesen sido asesinadas. Lo grave es que Sánchez quiera anular la memoria colectiva del horror

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El proceso de travestismo de los dos partidos herederos de Batasuna, Bildu y Sortu, hacia su blanqueamiento definitivo se está acelerando a marchas forzadas. La estrategia es sencilla y además cuenta con la complicidad del aparato de propaganda del Gobierno. Se trata de concederles el ... marchamo de partidos plenamente democráticos y con legitimidad acreditada, no ya para estar en las instituciones, sino para dirigirlas. Ahora es cuando cobra todo el sentido la expresión que avanzó en su día Pablo Iglesias, siendo aún vicepresidente, con su invitación a Bildu para que se sumara a la «dirección del Estado». Aquello no era la expresión genérica de un deseo político, sino el inicio de un camino que el PSOE y Podemos están recorriendo de la mano de los sucesores de ETA junto al PNV y ERC. Ese es el cariz de sus socios, y esta es la indignidad a la que Pedro Sánchez quiere someter ahora a todos los españoles convirtiendo la sanguinaria historia de ETA en una inocente causa política superada por una suerte de indulto inmoral, como si tuviese que dejar de existir la memoria colectiva del horror. O como si fuese posible decretar una prescripción política de cada coche bomba, de cada disparo en la nuca, o de cada secuestro y extorsión.

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