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Crisis e inmigración

LLEGA la época de las vacas flacas y, como era previsible, los efectos de la crisis se hacen sentir en materia de inmigración. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística, el número de trabajadores extranjeros que llega a España se reducirá aproximadamente a la ... mitad entre 2007 y 2010. Nuestro país está dejando de ser atractivo como destino laboral, con una lógica repercusión en el terreno demográfico y económico. Los datos son concluyentes: en 2007, más de 950.000 personas eligieron España para desarrollar su nuevo proyecto de vida, mientras que la estimación para el año próximo apenas supera los 440.000. Con una notable contribución de los inmigrantes, este año nacerán en torno a medio millón de niños, una cifra desconocida desde hace un cuarto de siglo, pero esa tendencia no se mantendrá en el futuro. En fin, el saldo migratorio registrado en sólo tres años durante la época de bonanza tardará casi diez años en alcanzar el mismo porcentaje, si utilizamos como base el momento actual de comienzo de la crisis. Estas proyecciones estadísticas, técnicamente muy rigurosas, proceden de un organismo oficial y merecen una seria reflexión por parte de los poderes públicos y del conjunto de la sociedad. En definitiva, la política de inmigración es un factor determinante de la nueva realidad socioeconómica que ha de afrontar España y resulta imprescindible actuar con sentido de la responsabilidad y plantear una política de Estado a partir de un sólido consenso entre los grandes partidos.

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