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Bush y los de aquí

Sonroja comparar el currículo del expresidente muerto ayer con los de Susana o Bonilla

Luis Ventoso

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Cuando se repase la historia de los grandes presidentes de Estados Unidos probablemente se pasará por encima del número 41, que será recordado sobre todo porque engendró al número 43. Un colaborador con colmillo vitriólico resumió bien la importante carrera pública de George Herbert Walker ... Bush, fallecido ayer a los 94 años: «Nunca falló en ninguno de los puestos que ocupó. Pero nunca dejó huella en uno». Bush senior queda emparedado entre dos presidentes que sí marcaron época, Reagan, el padre de la revolución liberal-conservadora, y Clinton, un encantador de serpientes que recuperó la economía y caldeó su presidencia con sus aficiones salaces. Sin embargo, Bush recibió ayer el aplauso cerrado de todos los presidentes vivos. Incluso logró el milagro póstumo de poner de acuerdo en algo a Trump y Obama. Hay unanimidad en que fue «un gran servidor público», que entendió la política como «algo respetable» y que «tenía adversarios, pero jamás enemigos». De hecho acabó trabando un inesperada amistad con Clinton, que lo derrotó en las elecciones con el celebérrimo eslogan de «es la economía, estúpido».

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