Suscribete a
ABC Premium

Álvaro Vargas Llosa - Algo trae el Potomac

Nada entre escombros

Tras la deflagración de Beirut, el edificio donde vive era una ruina. Nada Chedid Ziade está viva de milagro

Perdonen esta traviesa nota personal. El azar quiso que, a esa hora, Nada Chedid Ziade estuviera tomando un café en un centro comercial. Cuando la deflagración convirtió Beirut en escombros y todo se hacía trizas a su alrededor, ella se metió debajo de una mesa, ... un segundo antes de que una plancha de aluminio cayera donde habían estado sus piernas. En el trayecto a su edificio, tuvo la ternura -la sangre fría- de llamarme y decirme, con voz urgente sin miedo, que estaba viva y no quería que, enterado de las noticias, yo la diera por muerta al no poder comunicarme con ella (sus escenarios beirutíes son cercanos al puerto). Cuando llegó, su edificio era una ruina, incluido su piso, según me contó con la minuciosidad de una reportera y el ojo panorámico de una documentalista. Dos vecinas suyas murieron, una persona que trabaja con ella fue llevada al hospital con heridas, y pronto le llegaron noticias de una amiga muerta y más heridos conocidos.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia