la suerte contraria
España decadente
Todo en orden. El mundo se derrumba y nosotros chapoteamos en los charcos
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Iniciar sesión«El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos», decía Ilsa en 'Casablanca', mientras, al otro lado de la ventana, los nazis tomaban París. «Urkullu amenaza la democracia, pero a nosotros nos la pela», dice hoy España mientras mira cómo los cafres intentan su ... golpe blando y, tras la ventana, llega el otoño. Ese es el tema, a España ya le da igual todo: el precio del litro de aceite, los pactos de Estado de Feijóo y el derecho penal de autor que propone Iceta. España está en un letargo decadente, ha desconectado por desesperación y somos solo un pueblo dormido en un lirismo otoñal que se mueve por la vida como pasadito de fentanilo. Y que solo sabe hablar de un pico, un descuartizador y una dana. Y en medio de esta escena de película de parados alcoholizados en el Birmingham de los 90 sale Ortuzar, cuyo discurso parece incompleto sin unas gotitas de Marqués de Cáceres en el labio superior y unas migas de pan en la pechera y nos dice que el PSOE tendrá que aceptar la singularidad de la nación vasca si quiere llegar a un acuerdo. Dice semejante aberración como quien suelta un eructo, un eructo supremacista y analfabeto que le relajara un poco el vientre antes de echarse a dormir la siesta a la sombra del nogal.
Y llega Urkullu y dice que hay que pasarse la democracia por el forro y hacer una convención para cambiar la interpretación de la Constitución fuera de las instituciones e imponer al pueblo un nuevo marco legal sin contar con él. Es difícil ser más totalitario, es complicado ser más fascista, es realmente complejo decir una barbaridad de mayor calibre en los tiempos que corren. Imagínese que Vox propusiera una convención fuera de las instituciones para reinterpretar la legalidad de los partidos independentistas y contársela a Pumpido. Estaríamos todos bramando, con razón y empezando por mí. ¿Pero qué pasa si es el PNV? Absolutamente nada. En mi ciudad las calles están llenas, corre el Ribera y nos fundimos la pasta y los abrazos sabiendo que la tarde va a ir igual de bien que siempre… solo que ya no se puede hablar de política.
Hace tiempo que España ha desconectado y el contacto de la gente con la actualidad dura lo que tardan en coger la papeleta del PSOE para luchar contra el machismo y salvar un poquito el planeta. Podrían proponer una convención para cambiar la interpretación de democracia y no pasaría nada. Podrían proponer una convención para recuperar la pena de muerte para Rubiales y nadie movería un dedo. Podrían, incluso, proponer una convención para repensar la necesidad de la separación de poderes y España no se despeinaría. El PSOE calla, Bolaños dice que valora mucho este neofascismo y que ve 'legítima' la propuesta de que los habitantes de las comunidades 'históricas' tengan más derechos que el resto. Y santas pascuas. En el patio de mi casa suena un merengue caribeño, en el whatsapp se habla de Jude Bellingham y, en Madrid, el Manzanares muta en Orinoco. Todo en orden. El mundo se derrumba y nosotros chapoteamos en los charcos.
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