Los bomberos forestales anuncian paros y concentraciones para luchar por un Estatuto profesional

«Planteamos reivindicaciones en la calle para exigir al Ministerio de Transición Ecológica, que cumpla su compromiso y que en septiembre esté en trámite». También, apuntaron que «confían que no sea necesaria una tragedia humana más para que haga reactivar sus demandas al Gobierno». Debido al riesgo máximo en estos meses de verano, realizarán «paradas en los centros de trabajo e irán a las puertas del Ministerio».

Ángel Rubio Gómez, responsable Estatal del Sindicato Profesional de Bomberos Forestales de UGT, dio detalles sobre la situación «preocupante» de los incendios forestales: «En los primeros seis meses del año han ardido más de 80.000 hectáreas de superficie forestal». «La sequía y las repetidas olas de altas temperaturas en mayo y junio, sumado al no adelanto del inicio de los operativos antiincendios ha provocado la pérdida de un 31,5% más de superficie total, respecto al verano de 2021», afirmó.

Rubio continuó detallando que «nos encontramos con que disminuyen el número de incendios forestales pero sube el número de hectáreas calcinadas. La mitad de las hectáreas destruidas este año han sido en Sierra Bermeja y Sierra Culebra, en tan solo 11 incendios forestales registrados».

Así, por esta situación exigen una solución de «gestión integral de un entorno rual que está abandonado». «Cuando hay un incendio forestal, hay comunidades que eluyen responsabilidades», admite el responsable de UGT.

Agustín Argulo, delegado nacional de Medio Ambiente de CSIF, habló de la necesidad de profesionalizar el sector: «Tenemos 19 métodos de actuación, uno por cada comunidad autónoma. Los incendios no conocen de límites geográficos». «Este modelo de gestión dificulta la coordinación entre ellos frente al fuego, como se ha podido observar en la Sierra de la Culebra donde la falta de medios ha sido una realidad, con menos del 50% de lo necesario».

Otra de las exigencias que piden es que se aplique una única denominación profesional: «Somos bomberos forestales profesionales, pero realizamos funciones de peones forestales o de caza, por ejemplo», admite.

También denuncian que «no se aplican la política prevención de riesgos laborales porque nuestro trabajo está considerado como emergencia. Además del reconocimiento de la toxicidad, peligrosidad o turnicidad«. Además, recientemente la Agencia Internacional de Investigación sobre el cáncer ha calificado la actividad de bomberos como cancerígeno del grupo 1.

Recordaron el compromiso preelectoral del PSOE y Unidas Podemos a que se aprobase el Anteproyecto de Ley del Estatuto Básico de Bomberos Forestales: «El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) iba a regular esta norma y a estas alturas de legislatura no hay compromiso fime. Lo necesitamos ya». «El Miteco desvía el asunto a interpretaciones competenciales, y entre las comunidades autónomas no hay un consenso».

Mariano Sanz, secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medio Ambiental de CCOO, finalizó con un mensaje claro: la necesidad de «un modelo operativo público, con normas homogéneas, condiciones de salario lo más justas posibles y una legislación sobre el Estatuto de bomberos forestales, que ya estaba en proceso en la anterior legislatura».