Tras el incendio de la Sierra de la Culebra: «Si teníamos pocos recursos, nos hemos quedado sin nada»
El incendio en la sierra de la Culebra ha quemado más de 30.000 hectáreas y acabado con un ecosistema único
El fuego de Zamora ha carbonizado animales como ciervos y lobos y acabado con la micología y la madera
«Me temblaban las piernas, giré la cabeza y vi un rojo infernal»
Alberto Ferreras
«Mires por donde mires está todo negro» . Más de 30.000 hectáreas a la redonda reducidas a cenizas en poco más de tres días y el penetrante olor a humo que aún no se ha ido de la zamorana Sierra de la Culebra, ... donde el fuego está estabilizado , pero con riesgo de volver a prender dentro de un perímetro de más de 120 kilómetros y sin fecha para su completa extinción. Era un espacio único, una encrucijada de biodiversidad en la que confluían tanto especies mediterráneas como atlánticas. Sus montes forman parte de la reserva de la biosfera transfronteriza más grande de Europa, la Meseta Ibérica , lo que hoy se ve nada tiene que ver con lo que había hace menos de una semana, antes de que una tormenta seca prendiese desastre, que el fuerte viento y las elevadas temperaturas contribuyeron a propagar.
Los daños medioambientales comienzan a valorarse, pero ya se tiene la certeza de que son cuantiosos, a la vez que se vislumbra el negro panorama que se presenta a una población que está en el epicentro de la España vacía , definición con la que «a todos los políticos se les llena la boca, pero aquí no notamos nada», se queja Ana Ferreras, vecina de Ferreras de Arriba, uno de los pueblos cercados por un fuego que obligó a salir precipitadamente de sus casas a las gentes de una treintena de localidades.
Reconoce Ana Ferreras que « contra una desgracia así es difícil luchar , pero si hubiese habido una política medioambiental en condiciones hubieran sido bastante menos de las 30.000 hectáreas calcinadas». Su indignación y la de otros muchos habitantes de la zona se ha canalizado a través de una plataforma vecinal creada a través de grupos de Whatsapp y Facebook, denominada ‘La Culebra no se calla’ , que en la red social más popular suma en apenas un día siete mil usuarios adheridos. La portavoz de este colectivo se pregunta qué va a pasar ahora que se han quemado los castaños centenarios de su pueblo , un pilar fundamental en la economía local junto a la recolección de setas, también perdida.
«Si teníamos pocos recursos, ahora nos hemos quedado sin nada» , lamenta. Por ello, junto a vecinos de otras quince localidades afectadas por el incendio ha creado una plataforma ciudadana desde la que reclaman soluciones reales, indemnizaciones por los daños y una hoja de ruta con alternativas para la zona en las que se priorice la repoblación con especies autóctonas frente a un arbolado tan pirófito como el de los pinares.
Quejas por la actuación
Otra crítica de las más escuchadas en la zona devastada por el fuego se escucha diez kilómetros más al norte de los 120 que abarca el perímetro del fuego. En Otero de Bodas, Modesto Bermejo, ganadero, lamenta que no le dejaran hacer nada porque «quisiera o no te decían que aquí no podías estar». Está en su granja de caprino, de la que se quemó el pasto del entorno. «La nave no ardió porque no quiso» , advierte, mientras muestra los evidentes efectos del fuego en una viga del tejado de la explotación y en un aislante de plástico espumado.
El incendio, que ya no tiene llama, pero sigue humeando, muestra ahora su dibujo de ceniza en lo que antes eran montes y terrenos de cultivo. Dentro del paisaje negro pueden apreciarse pueblos como Cional, donde una colmena yace totalmente quemada . Los primeros cálculos estiman que se han perdido al menos un millar de colmenas. Y algo más allá, el cadáver de un ciervo y un corzo que no ganaron la carrera al avance de las llamas.
La cuna del lobo
El daño faunístico en una reserva de caza como la de la Sierra de la Culebra, que está considerada la cuna del lobo ibérico, es impresionante. Tanto, que el biólogo y guía turístico de avistamiento de lobos en ese territorio Javier Talegón lo califica de «catástrofe, con mayúsculas y en negrita» , sugiere sobre la tipografía de la palabra para resaltar su magnitud. Talegón lamenta la pérdida de miles de especies de insectos, millones de polinizadores , mantis religiosas, mariposas, lagartos o culebras a los que les fue imposible huir de la quema. Otros pudieron salir volando pero han perdido su casa y su hábitat, como aves paseriformes, abejeros europeos, águilas culebreras o alcotanes, que donde vivían hasta hace seis días ahora «todo es ceniza y suelo mineral».
Más llamativas son las consecuencias para la fauna salvaje, como demuestran las imágenes inmortalizadas con el móvil los días del incendio en las que se veían grupos de cérvidos huir del lugar . Los lobos, por su condición, pueden haber sido más discretos, pero también han tenido que desplazarse decenas de kilómetros, ya que el área incendiada de 30.800 hectáreas era el asentamiento de ocho manadas, una de las mayores poblaciones de ‘canis lupus’ .
Lo peor es que todas estas especies se encontraban en esta época del año en pleno periodo de cría y sólo de lobos, especie protegida, Talegón estima que habrán muerto los cachorros de tres o cuatro manadas . Algunas zonas del que ya es el mayor incendio forestal del siglo XXI tardarán décadas en recomponer su paisaje de hace una semana. La riqueza micológica se ha perdido totalmente y constituía una fuente económica de primer orden en algunos lugares, así como la recogida de castañas. Los boletus pinícola tardarán al menos medio siglo en volver a crecer, ya que es una especie que no se da hasta 50 años después de crear el pinar, según resalta el micólogo Pedro Turiel.
Baja la peligrosidad
Desde las medidas que tratan de capear el malestar de los vecinos, evidenciado el pasado domingo en Villanueva de Valrojo, una de las localidades evacuadas, al intentar parar la comitiva de coches oficiales –entre ellos el del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco– al grito de «nos habéis dejado sin reserva».
El fuego que ya es el mayor incendio del siglo XXI en España ha engullido más de 30.000 hectáreas que deja la reserva de la Sierra como un paisaje en blanco y negro. Ya la par que el incendio baja de peligrosidad, arrecian las críticas por la gestión. Ayer, tras más de cuatro días, pasó de dos a uno su nivel de peligrosidad, lo que permitió la marcha de los 376 militares de la UME desplegados en la zona y la reducción del operativo de extinción al final del día a 120 efectivos de los casi 700 con los que contó el domingo.
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