Ratatouille: cómo se convierte una película en la atracción de un parque temático
Tom Fitzgerald, «director y guionista», cuenta los secretos de la nueva aventura de Disneyland París, que se estrena este jueves
Federico Marín
¿Qué películas se convierten en atracciones? ¿Cómo es el proceso? ¿Cuánta gente trabaja en una producción de este tipo? Estas y otras preguntas han sido respondidas para ABC por Tom Fitzgerald, máximo responsable de Ratatouille The Adventure, la nueva atracción que se estrena ... este jueves en Disneyland París inspirada en la película de Brad Bird . Para hacer una gran atracción, el proceso es en muchos aspectos similar al rodaje de la cinta. Empiezan por los storyboards y necesitan un guión, una banda sonora, efectos especiales y un equipo compuesto por cientos de personas, según cuenta Fitzgerald, creador ejecutivo de Walt Disney Imagineering , departamento encargado de crear y construir los parques temáticos de la compañía en todo el mundo.
«Yo mismo escribí el guión», dice entre presumido y modesto. «Es como el de una película, aunque no haya apenas diálogos. Dura solo unos minutos, pero también tienes que imaginar una historia que sepan entender visitantes de distintos países, que no tienen por qué saber inglés o francés. Lo haces con los diálogos justos, con muchos chistes visuales y tratando de que entiendan la historia». No fue su único cometido: «Escribí la historia y el guión, elegí los personajes... Es como el papel de un director, también en el sentido de que tienes que contar con un gran equipo y aunar sus esfuerzos. Son gente muy talentosa, músicos, pintores, artistas...».
No son tantas las películas que han dado el salto a los parques. Los soldados paracaidistas, el perro de muelles y la guerra de láser de Buzz Lighyear nacieron de «Toy Story» . Los coches de «Cars» , los Monstruos S.A. y la montaña rusa de Nemo también llevan tiempo funcionando, pero no todos los títulos, ni siquiera los de mayor éxito, se convierten en «realidad». ¿Qué les inspira de una película para hacer posible que la gente pueda «montarse» en ella? «Cuando salió "Ratatouille" , la película, fue un gran éxito en Estados Unidos, pero en Europa fue impresionante, brutal. Como la película transcurre en París y está relacionada con la comida, sabíamos que teníamos que hacer algo especial. Algo nos sugería una gran atracción», explica Fitzgerald, un veterano inventor de forma de hacer felices a niños y adultos. «El paseo de Remy por la cocina era una inspiración. También sabíamos que incluiríamos la parte de la comida», añade.
Ratatouille logra todo eso en una atracción que mezcla el movimiento con unos nuevos coches electromagnéticos que no necesitan raíles, imágenes en 3D, sensaciones físicas como el olor y el efecto especial de que los usuarios se sientan dentro de la película, reducidos además al tamaño de Remy, la rata protagonista. El resultado es asombroso y muy distinto al del resto de atracciones de Disney. «En realidad, teníamos la idea, pero nos faltaba la tecnología necesaria para llevarla a cabo», desvela el ejecutivo estadounidense. «Había que inventar una atracción en la que se pudieran seguir recorridos distintos, diferentes de lo normal, como hacen los roedores, adelante y atrás, subiendo y bajando, para dar la sensación de que eres Remy».
«Somos ambiciosos, no todas las películas tienen una atracción dentro»Ratatouille supone una nueva evolución mucho más sofisticada de la tecnología presente en Mystic Point, atracción presente en el parque Disney de Tokio, que también se mueve sin raíles. «Como creador, te planteas qué más puedes hacer», dice Fitzgerald. «No sabemos qué será lo próximo, pero hay que seguir imaginando» ¿Por qué hay grandes películas que no se han adaptado? «Somos ambiciosos. No todas la películas tienen una atracción dentro, no en un parque temático, al menos. Con "Wall-E" , que es maravillosa, no hemos poddido hacer nada, de momento. La variedad de posibilidades es amplia: puede ser una montaña rusa o muchas otras cosas, pero buscamos aventuras que ofrezcan una experiencia única. Aquí vimos que podíamos “encoger” al público para que sintiera que tenía el tamaño de Remy y meterlo en un mundo gigantesco, como se sienten los niños pequeños ante la gente grande».
Del storyboard al estreno
En el proceso de creación participaron cientos de personas. «No sé si más que en una película», dice Fitzgerald, «pero muchísimos». Se sabe, por ejemplo, que trabajaron más de 300 ingenieros de 140 disciplinas distintas. «No solo es construir la atracción, sino los edificios y todo lo que la rodea: restaurantes, tiendas… Los primeros pasos son muy similares a los de hacer una película. Empezamos con el story board. Eso ayuda a crear la fluidez del espectáculo. Pensamos el recorrido del coche, etcétera, y cuando lo tenemos todo pensado, presentamos el proyecto a los responsables de Disney y a gente como John Lasseter y Brad Bird, de Pixar, que aprueban o no la idea».
El siguiente paso es construir un modelo físico. Comprueban el punto de vista desde cada ángulo y lo que se ve con las gafas 3-D. Luego estudian «cómo meter todo eso en un edificio». Incluso crean unas pantallas gigantes, del mismo tamaño que tienen las de la atracción, para ver cómo lo verá todo el espectador. «Los revisamos una y otra vez hasta que todo queda perfecto», remarca orgulloso. Tom es el equivalente al director de la película: «Sí, yo dirijo este show, soy el responsable creativo y me preocupo de todo, desde el diseño del restaurante, la arquitectura y toda la historia».
Construir la nueva atracción les ha llevado cinco años, más que una película. «Sí, requiere mucho tiempo porque es un largo proceso y muy concreto. Hay que crear efectos especiales y hay infinidad de detalles que atender, como en una película». La música es de Michael Giacchino, autor también de la banda sonora del filme, quien estuvo muy involucrado en la atracción, cuyo proceso creativo es algo diferente. «En la cinta puede ir escena por escena, pero aquí la banda sonora tiene que tener una continuidad. Aún estás saliendo de una cuando ya estás entrando en la siguiente. Es más complicado lograr que la música fluya», explica Fitzgerald, quien solo se niega a hablar de un aspecto: el presupuesto.
El creador ejecutivo de los parques Disney cuenta orgulloso la satisfacción que le produjo ver la reacción de John Lasseter, productor de la película. «Le encantó. Cuando preparas el show, lo haces a escala, pero exactamente igual. Entonces le pareció bien. Pero luego hay que terminarlo y volver a mostrárselo. Yo tuve que ver la película decenas de veces. Fue divertido, porque es maravillosa. Dulce y divertida. Pasé un tiempo genial. También tuve que venir muy a menudo a París, el único lugar del mundo que de momento tiene esta atracción. Es única». ¿Depende del éxito que se exporte a otros países? «Nunca sabes. No hay planes de momento. Creemos que será un gran éxito, pero otros parques tienen diferentes necesidades». En todo caso, al ejecutivo y creador no le parece mal que «esto dé un toque único al parque de París», que en abril cumplió 22 años abierto .
La colaboración con Pixar también fue «fantástica», según Fitzgerald. Con Brad Bird, director de« Ratatouille», discutió mucho «el concepto de la atracción». «Revisamos juntos cada detalle para asegurarnos de que los personajes y las situaciones encajan bien con el espíritu de su película», afirma. «Fue una colaboración muy estrecha».
La inauguración oficial es este jueves pero antes ha existido un periodo de rodaje, lo que en Disney llaman una «inauguración suave» que les sirve de entrenamiento para los operadores, para los miembros de la compañía. «He visto unas reacciones magníficas de quienes son los críticos más duros», afirma Tom. «Solo había risas y gritos de entusiasmo. Ver eso es la mayor recompensa, porque muchas veces no sabes cómo va a salir al final todo, por muy bien que lo hayas hecho. Todo el mundo ama la atracción, la arquitectura de la instalación, la reproducción de París, que no es realista, sino exagerada. Todo está en la película, por supuesto, pero hemos sabido trasladarlo».
¿Cuál será la próxima atracción? «Buscamos algo nuevo, pero después de cinco años haciendo esta nos los tomaremos con algo de calma. Primero queremos concentrarnos en que esta atracción sea un éxito y no anunciar nada por el momento». ¿Será otra película? «Siempre buscamos en todas las cosas estupendas que tiene Disney y entre ellas están sus películas, pero ahora tenemos más sitios que nunca donde mirar, como las películas de Disney , de Pixar , de Lucasfilm , de Marvel , de Disney Channel en televisión... Hay que pensarlo muy bien y seguir el proceso. En su mayer parte, queremos repetir el seguido con Ratatouille, que se estrenó en 2007. Estamos inaugurando la atracción en 2014, siete años después. Nos gustaría esperar un poco, estudiar qué personajes de nuestras películas son los más queridos por los espectadores, qué parte de sus aventuras gustan más y asegurarnos de que las películas soporten la prueba del tiempo, no solo que tengan éxito en su estreno. Esto se va a quedar aquí para siempre. El cine es más efímero. Por eso necesitamos estar seguros de que hacemos la elección correcta. Ya veremos».
¿Sus hijos son sus consejeros en este trabajo? «Creo que nosotros tenemos bastante criterio como “imagineers” para saber lo que funciona. En una atracción como esta, además, nadie puede comprobar nuestro trabajo hasta que está abierta, por lo que tienes que tener fe en tu experiencia y en la de tu equipo. He estado trabajando en varias películas en 3D y siempre se hacen pruebas de público, pero nunca sabes si sus reacciones van a ser fiables. Al final, la verdadera prueba es cuando estrenas y compruebas si se ríen y disfrutan. Por eso lo que más me gusta es pasear por ahí y comprobar las reacciones de verdad». ¿Da tiempo a hacer correcciones sobre la marcha? «Algún detalle todavía se puede retocar. Pequeños ajustes, timing, velocidad, movimiento, etcétera, pero está todo muy medido ya».
Su trabajo debe de ser un poco como el de Tom Hanks en «Big» . «De algún modo sí, porque tenemos el mejor trabajo del mundo. Te das cuenta de que gastas el día tratando de volar o conseguir nuevas sensaciones. Es un empleo grandioso. Cuando creas todo a otro escala en el restaurante también te lo pasas genial, imaginando banquetas que parecen corchos de botellas de champán, por ejemplo. Todo en el restaurante, hasta lo que cuelga de las paredes, está hecho a una escala gigantesca. Eso es muy divertido, pero también un trabajo muy duro, conseguir que todo sea convincente».
¿Necesita ser un niño toda la vida? «No del todo. Los parques Disney permiten que disfruten padres e hijos por igual. En esta atracción ni siquiera tenemos límites de altura, pueden montar personas de todos los tamaños y edades. Cuando creamos algo auténtico, como adultos, volvemos a ser chicos por unos pocos minutos, vivimos esa fantasía. Cuando te centras en los aspectos técnicos te puedes olvidar, pero creo que es una de las razones del éxito de estos parques, que como adulto también encuentras diversión. No hay que convertirse necesariamente en un niño».
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