Las aves carroñeras podrán volver a alimentarse de animales muertos

El Real Decreto contribuirá a la aplicación del Reglamento comunitario que amplía las posibilidades de alimentación de las especies necrófagas de una forma más compatible con sus requerimientos ecológicos.

Las especies necrófagas ahora tendrán dos opciones para alimentarse: 1) en muladares o comedores vallados, que podrán seguir funcionando como hasta ahora y 2) fuera de los mismos, en espacios designados por las comunidades autónomas y que incluyen, por ejemplo, explotaciones ganaderas o cinegéticas que no estén sometidas a un aprovechamiento intensivo. En ellas no sería necesario recoger los cadáveres siempre que se cumpla una serie de requisitos técnicos y sanitarios (como el seguimiento sanitario y análisis de Encefalopatías Espongiformes Transmitibles (EET) a las especies bovina, ovina y caprina).

Tras la aparición de las EET, entre las que estaba la conocida como «enfermedad de las vacas locas», se prohibió el abandono de animales muertos en el campo, una modificación en la legislación que supuso una «complicada situación» para la conservación de la fauna carroñera, en especial para los buitres, alimoches, quebrantahuesos, milanos y águilas, señalan desde SEO/Birdlife.

La organización ecologista pidió en 2007 a la Comisión Europea, a través de BirdLife Internacional, medidas urgentes para revertir la situación, atendiendo al dato de que la Península Ibérica acoge a más del 50% de la población europea de aves carroñeras.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), por su parte, considera que la norma dará un respiro a los ganaderos y a las administraciones autonómicas, «que se ahorrarán los gastos asociados a la recogida y procesado de las reses muertas». Los buitres, por ejemplo, consumían alrededor de unas 10.000 toneladas de cadáveres en España cada año, evitando la liberación de 193.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.