Cinco rutas en camper para para recoger setas este otoño

El primero, el Valle de la Barranca (Madrid), situado en las faldas de Bola del Mundo, en la sierra de Guadarrama, este precioso valle es perfecto para recoger amanitas, níscalos, boletus o cantarelos. Inmerso en un frondoso bosque de pino silvestre lo convierten en un destino único para recoger setas mientras se puede hacer una bonita ruta de senderismo a orillas del río Samburiel, un afluente del Manzanares.

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También Navaleno (Soria), un pequeño municipio es un paraíso para los amantes de las setas, ya que esconde una de las reservas micológicas más importantes de España. En los bosques de pino negro de Navaleno se pueden encontrar más de 150 especies distintas de hongos y setas desde boletus, níscalos, setas de cardo, pies azules hasta perrechicos, nansarones, parasoles o amanitas cesáreas. Eso sí, en esta zona es necesario pedir un permiso para recolectarlas.

En tercer lugar, Yescapa nos suma a la lista el Parque Natural de Gorbeia (Álava/Vizcaya). Situado entre las provincias de Álava y Vizcaya, en este valle podrás encontrar bosques de hayas y robles, montañas escarpadas y praderas abiertas para disfrutar de la naturaleza y de todo lo que ofrece. En este parque abundan los robledales, las hayas, los alisos, los fresnos y los sauces donde encontrar boletus, pinícola o aereus. Además, durante el paseo se pueden observar antiguas casa de pastos, viejas ferrerías y solitarios caseríos que hablan de tiempos ancestrales y de las costumbres de aquellos lugares.

Sin olvidarnos del Valle del Jerte (Cáceres). Esta comarca natural de gran belleza limítrofe con las comarcas de la Vera y del Ambroz, es reconocida (y conocida) por sus cerezos en flor en primavera, pero tiene mucho más que contar. Su naturaleza exuberante ofrece al visitante espléndidos bosques de nogales y senderos llenos de encanto cubiertos de musgo, con el otoño como una de las estaciones más bonitas en las que se puede disfrutar del paisaje y del clima templado de los bosques extremeños. Un ecosistema perfecto para que crezcan níscalos, matacandiles, boletus, amanitas de los césares y muchas otras setas.

Ó, por último, el Valle de Hecho (Huesca). En este increíble valle, ubicado en el entorno natural de los Pirineos, el otoño saca sus mejores galas para recibir al visitante en un escenario lleno de color y luz. Las setas de otoño más habituales en esta zona son los rebichuelos y las setas de pino que se abren paso entre los bosques de pinos y hayedos, a los que la combinación de sol y humedad hacen de ellos el paraíso de los amantes de las setas.