Pulitzer por un amigo
El español Manu Brabo dedica el premio por sus fotos en Siria a sus padres y a James Foley, su colega del alma, que sigue secuestrado en ese país
luis de vega
Vuelve a arder el teléfono. Un premio Pulizter despierta en casa el mismo interés que la última hora sobre el hijo secuestrado. La desgracia quiso que Manu Brabo (Gijón, 1981) se hiciera famoso hace dos años cuando fue capturado por militares de Muamar Gadafi en el frente de la guerra libia ... . Recobrada la libertad mes y medio después no dudó en ponerse de nuevo los conflictos por montera como uno de los fotorreporteros españoles que más suenan en los medios internacionales.
Brabo es uno de los periodistas de la agencia estadounidense Associated Press (AP) galardonados ayer por su trabajo en la guerra Siria, de donde ha regresado por última vez hace un par de semanas. Lo primero que hizo fue acordarse de sus «viejos», Victoria y Manuel, «los que más sufren sin dejar de empujarme para que no me raje», explica en declaraciones a ABC. Y, cómo no, de su colega del alma, compañero de correrías periodísticas y cautiverio en Libia, el estadounidense James Foley , secuestrado en Siria desde noviembre.
Lo que empezó como una revolución contra el presidente Bashar El Assad y ha acabado convertido en una guerra con más de 70.000 muertos, es el peligroso escenario en el que Brabo y otros jóvenes españoles «freelance» (autónomos) han demostrado que el periodismo de verdad, el de mancharse las botas sobre el terreno, sigue vivo.
El reportero asturiano trabaja para AP sin contrato, pero el Pulitzer y otros premios y menciones le sirven para irse «afianzado» y hasta ha recibido «dos veces el encargo de ir a Siria», todo un logro cuando las llamadas anunciando trabajo son especie casi extinguida. «Tengo suerte de poder desarrollar mi carrera fuera, pero me gustaría que me valoraran más aquí», en España, se queja sin querer hacer mucha sangre.
En unos días hace la maleta definitivamente y se instala en El Cairo. «Es una pena que tengamos que irnos fuera» porque «las puertas para el fotoperiodismo sólo están entreabiertas».
En todo caso, mantiene la ilusión «a tope» y este reconocimiento es un «espaldarazo» para seguir en medio de «la crisis del modelo de negocio de la información». Esto, insiste, nada tiene que ver con el «gran nivel del fotoperiodismo actual, del que es absurdo decir que está en crisis».
El otro español
El premio de Manu Brabo recuerda al hasta ahora único Pulitzer español en 1995, Javier Bauluz (Oviedo, 1960) , también fotorreportero, también asturiano, también de Associated Press, también sin contrato. Gloria al buen periodismo hasta en tiempos de crisis. Crisis en el negocio, como dice Manu Brabo, que no en la calidad de las fotos que muchos no saben apreciar.
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