Vecinos de Barajas solicitan declarar Bien de Interés Cultural el parque Juan Carlos I

«Barajas BIC» ha adjuntado a su solicitud un completo estudio de las características más importantes de este parque madrileño que fue inaugurado en 1992 y está considerado un referente social y cultural de la ciudad. A juicio de la asociación, el Juan Carlos I es un «excepcional elemento arquitectónico» y acompaña su estudio con reseñas de las vertientes arquitectónica, urbanística, botánica, artística y paisajística que lo configuran.

Entre ellas sobresale la recuperación del Olivar de la Hinojosa, de principios del siglo XVIII y que con sus 2.000 ejemplares tricentenarios es el olivar más importante de la capital. La asociación también destaca la configuración de este espacio verde como un auténtico jardín botánico contemporáneo al albergar en sus diferentes sendas didácticas gran cantidad de especies originarias de varias partes del planeta.

Además, tilda de «simbiótica» su arquitectura porque los elementos arquitectónicos propiamente dichos se interrelacionan con la jardinería y el agua. «Barajas BIC» también se refiere a este parque como un gran museo porque alberga la mayor colección al aire libre de esculturas de gran formato de arte abstracto y conceptual de España, y ahonda en su Jardín de las Tres Culturas, un conjunto de tres jardines dedicados a cada una de las tres religiones monoteístas más importantes que fue diseñado por la paisajista argentina Myriam Silver Brodsky.

El Parque Juan Carlos I, obra de los arquitectos José Luis Esteban Penelas y Emilio Esteras Martín, fue inaugurado en 1992 con motivo de la Capitalidad Europea de la Cultura que ostentaba Madrid. Alberga un lago de 30.000 metros cuadrados; una ría de 1.900 metros de longitud; 13.000 metros de paseos; 19 esculturas al aire; la Estufa Fría (invernáculo abierto con una colección de plantas exóticas distribuidas en 13 biotipos) y un auditorio.

Su calidad paisajística ha sido merecedora de varios premios, como el de Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid en 1992, y el Premio de Arquitectura y Urbanismo que le concedió el Ayuntamiento de Madrid ese mismo año.