El renacer «histórico» del hipódromo

La sensación generalizada al acabar 2014 fue de un «optimismo total», como confiesa Faina Zurita, presidenta del Hipódromo . El sector creció de manera ostensible y empezó a atisbarse una recuperación real y efectiva del desastre de 1996. Las previsiones a medio plazo eran inmejorables; se restableció parte del atractivo de antaño y, en una tónica que se repetirá esta misma temporada y que se prevé para las dos siguientes, se subieron los premios por segundo año consecutivo. Las bonificaciones para la inminente temporada, que se han mejorado en todas las categorías, oscilan entre los 5.000 euros en la más baja y los 60.000 en la más alta; además del Gran Premio de Madrid, que otorga hasta 102.000 euros. «Queremos ser competitivos», señala Gerardo Torres, director de carreras del Hipódromo de la Zarzuela, mirando a Francia, la competencia más cercana.

Torres destaca que esta reapertura «significa tanto o más que la de 2005». Desde Zarzuela se afanan por estar a la altura de dicha efeméride, histórica. Para tal caso se están construyendo nuevos locales de ocio y restauración en la galería sur, otrora lugar de ensillamiento de los caballos, así como la ampliación de los baños. La hierba de la pista, en un procedimiento habitual, es cuidada por un ingeniero encargado exclusivamente de ello. En cada rincón se reconoce la motivación y el espíritu renovado. «2015 será mejor que 2014», afirma contundente Zurita.

Está previsto que la temporada, en la que se celebrará el décimo aniversario de la reapertura de forma especial, contenga 39 jornadas; 30 diurnas en domingo y 9 nocturnas durante los jueves de verano. La mezcla de lo tradicional y lo vanguardista aúna la historia de un patrimonio cultural y arquitectónico único con una de las mejores ofertas de ocio de la capital.

Una disputa en torno al titular de las competencias reguladoras amenazó con arrasar el «turf» en España, como reconocen los propios implicados. Si en 1996 el cierre se debió a que la empresa gestora del espacio se declaró en suspensión de pagos y no hubo alternativa real; en esta ocasión, en origen, se debía a que el convenio por el que la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España (SFCCE) era el regulador de las carreras expiró el pasado 2 de diciembre, y la competición quedó huérfana en ese sentido.

Todo el sector, desde los hipódromos hasta las asociaciones de criadores y propietarios, no reconocieron en la Sociedad de Fomento las competencias reguladoras que tuvo hasta la fecha, y demandaron un cambio para liberar la suspensión de carreras. La SFCCE, contraria a esta postura, ha comunicado a este periódico que, a pesar del fin del convenio, ellos mantenían intactas tales atribuciones porque en la modificación de los estatutos de la Federación Hípica, aprobados por el Consejo Superior de Deportes (CSD) el 18 de diciembre de 2014, no hubo cambios en el artículo 59.5, que así lo establecía.

Desde el histórico recinto de la Zarzuela se habla de «ilusiones renovadas» tras el nombramiento del nuevo ente regulador. La Real Federación de Hípica Española (RFHE) sustituye a la SFCCE tras el acuerdo alcanzado entre la SEPI (Sociedad Española de Propiedades Industriales) y el CSD. «Se abre una nueva etapa junto a un nuevo regulador que proporcionará aire fresco, modernidad y un mayor rigor», declara Faina Zurita a ABC. La noticia del nuevo ente, confirmada el pasado 6 de febrero, ha supuesto un verdadero alivio para todo el sector, que auguraba la repetición de lo ocurrido a mediados de los 90, cuando el hipódromo acabó convertido en un lugar de paso y hozo para jabalíes. Nueva vida para el motor de un negocio, el de las carreras de caballos, que mueve en España en torno a los 30 millones de euros anuales, de los cuales 18 están en Madrid.

Paralelo al conflicto por la titularidad de las competencias reguladoras de las carreras de caballos, cerca de 3.000 familias veían cómo el fantasma de 1996 regresaba diecinueve años después. Hipódromos, corredores, entrenadores, propietarios, criadores, veterinarios, mantenimiento o vendedores comenzaban a plantearse la posibilidad de emigrar al extranjero.

Guillermo Arrizcorreta, preparador de caballos, cree que si no se hubiera nombrado un nuevo regulador el negocio «se habría derrumbado al 90%». En la Zarzuela ya se respira un nuevo ambiente para Arrizcorreta. Está enfrascado en el entrenamiento de sus caballos desde las 7:30. Con «mucha ilusión», atisba la nueva temporada como una «reapertura», donde espera la irrupción de nuevos campeones.