madrileños con historia/isidro alonso
El guardián de las esencias del histórico Cine Callao
La sala más antigua de Madrid retransmite esta noche, en directo, la entrega de los Óscar. Él estará ahí.
maría isabel serrano
Esta noche será su noche. De trabajo, claro. Va a estar en la primera fila de los Óscar. Pero no en Hollywood sino en el histórico Cine Callao, el más antiguo de Madrid. Hay una gala y se retransmite, en directo, la entrega ... de los premios más famosos del mundo del cuché y el espectáculo. A Isidro Alonso, gerente de la mítica sala madrileña, tampoco le importa mucho trasnochar porque se confiesa un adicto de su oficio. Y ya van veinte años.
«¡Todavía se me ponen los pelos de punta cuando entro en la cabina de proyección y escucho el run run run de la máquina!». Lo dice medio abrazado a la vieja pieza de 35 milímetros, que conservan como oro en paño en el Callao, y en la que se está probando la película que se va a exhibir al público por la noche.
«Soy un hombre de cine. No lo puedo negar. Y eso que entré en este mundo por casualidad. Yo procedía del ámbito del textil pero, ya ves, me metí en una hipoteca y tenía que sacar un sobresueldo como fuera. Empecé cortando entradas pero he hecho de todo. Estoy en el Callao y puedo presumir de que este es el cine de la magia, los estrenos y el glamour. Una sala emblémática de Madrid», asegura el hoy su gerente.
Isidro es de los convencidos de que el cine no morirá nunca. Puestos en lo peor, no discute que, con el tiempo se convierta en una delicatessen. «La crisis es tremenda, para todos. Hay muchas amenazas, gestiones discutibles en las distribuidoras, competencia desleal... Pero, de verdad, el cine ha bajado porque la puñalada trapera del 13% del IVA ha sido tremenda».
James y Audrey
Este hombre, más movido que un azogue, dinámico y dicharachero, sabe que es un privilegiado al trabajar en el Cine Callao, «un templo, vamos». Echamos un vistazo a la historia. Estamos en un edificio de 1926, diseñado por el arquitecto Luis Gutiérrez Soto. Abrió al público el 11 de diciembre de ese año con la película , pásmense, «Luis Candelas, El bandido de Madrid», que cosechó un grán éxito. Menos de tres años después se proyectaba, aquí también, la primera película sonora y hablada estrenada en España: «El cantante de jazz», es decir, «The jazz singer».
Hemos quedado con Isidro en el vestíbulo. El Callao impone. Bueno ya es, desde fuera, disfrutar de un edificio academicista con regusto barroco y art decó. Las escaleras, medio de caracol, son una auténtico viaje a aquellas tardes enteras de domingo que novios, amigos y familias enteras consagraban al séptimo arte.
Pero ojito, el subidón te llega nada más superar la escalinata de la plaza de Callao hasta el vestíbulo del cine. Nos «reciben» una fascinante Audrey Herpbrun y un guapísimo James Dean. Y aunque se trate de dos enormes póster, decimos aquello: «Esto es Hollywood, señores».
«Visite nuestro bar»
Haya mucha actividad en este cine. No frenética, porque cada uno conoce perfectamente su tarea, pero sí movida. Cables, focos, aparatos de medición... Es el día a día de la sala de proyecciones. «Aquí somos una gran familia», dice Isidro. Entre el personal, hay de todas las edades. Acomodadores trajeados y un proyectista a punto de jubilarse.
Isidro reivindica que el hecho de «ir al cine» nos devuelva, como le ocurre a él, a aquellos tiempos en que los sábados y los domingos eran una fiesta. «Te arreglabas. Recuerdo que mi madre me vestía de bonito, con mi corbata de esas de gomita que parecía un chicle. Cine en familia, con la novia, en pandilla...» Y esos intermedios con el mítico «Visite nuestro bar».
El guardián de las esencias del histórico Cine Callao
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