El juez cierra la instrucción del caso Coslada seis años después

Uno de ellos es Ginés Jiménez Buendía , el que fuera jefe del Cuerpo. La magistrada María Teresa Abad Arranz considera que «existen indicios racionales y suficientes» de que el principal imputado cometió los presuntos delitos de extorsión, cohecho, tenencia ilícita de armas , blanqeo de capital y amenazas condicionales. Por cierto, su esposa, María del Carmen Pérez Martínez , y el hijo de ambos, Ginés Jiménez Pérez, están considerados presuntos autores de blanqueo .

En cuanto al resto de policías locales que seguirán imputados, son: Carlos M. G. (por omisión del deber de perseguir delitos y contra la administración de Justicia); F. G. L. (amenazas condicionales y cohecho impropio); F. J. M., M. F. N., A. J. C. y A. C. C., por cohecho impropio. Quedan archivados los cargos contra los otros 19 policías locales inicialmente imputados. Ni rastro, como ya se adelantó en su día, del delito de asociación ilícita.

También serán procesados los rumanos Catalin Avramescu , Francisc Giurka e Ionut Giurka , por delitos relativos a la prostitución;fue precisamente la investigación en el polígono de Vicálvaro de la supuesta mafia del Este lo que desencadenó el caso Coslada.

El auto, al que ha tenido acceso ABC , tiene fecha de 14 de febrero . Hace un relato notable de los hechos. Las primeras páginas se centran en Ginés. «Durante el tiempo que ejerció el cargo de jefe de la Policía Local, atemorizó a diversos hosteleros de la localidad e incluso de Madrid, haciéndoles creer que podía agilizar o paralizar la obtención de licencias municipales o haciendo referencia a sus contactos con altos cargos», explica la magistrada.

El documento continúa explicando que así lograba «que los hosteleros acudieran sin justificación alguna a su despacho tantas veces como fueran requeridos y sin justificación». Asevera el relato de hechos que ni a Ginés ni a sus acompañantes le cobraban las consumiciones , les invitaban a cenar en el restaurante que les indicara el jefe policial e incluso «patrocinaban el club de fútbol sala en el que jugaba su hijo». También explica el caso de que llegaron a entregar «cantidades de dinero para una revista de Policía Local inexistente , ante el temor de posibles represalias».

Se relatan dos capítulos excepcionales. Uno, en el que Ginés obligó a un empresario a «cubrir unas pintadas frente a la piscina municipal, en las que se podía leer ‘Ginés, cabrón’». El peor, el que sufrió el 13 de septiembre de 2006 la dueña de un restaurante donde Jiménez «había tenido desencuentros por el precio de una cena ». La amenazó con una pistola en la sien: «Tienes que dejar el bar o te mato».

El auto (contra el que cabe recurso) destaca que Ginés guardaba en su casa cuatro pistolas, dos revólveres, una escopeta , una defensa eléctrica, 12 navajas, dos puñales y un bastón de estoque.