Juego de la silla para el puesto de fiscal

Entre los primeros está el actual fiscal superior, Carlos Varela , que se presentará por tercera vez al puesto avalado por dos mandatos en la dirección de este órgano en las que ha destacado por sus ansias de modernizar y agilizar los tiempos de la Justicia en Galicia. Frente a él está su eterno rival, Fernando Suanzes, que ya pugnó con Varela en dos ocasiones anteriores. Fiscal del Tribunal Superior de Xustiza gallego, este ferrolano vinculado con asociaciones de matiz conservadora tiene a su favor que en la anterior votación dobló en apoyos a Varela, aunque Cándido Conde-Pumpido acabó por depositar su confianza en el actual fiscal jefe. Ahora, los dos veteranos deberán sacar músculo ante la entrada de nuevos jugadores.

El primero de ellos —que en algunos círculos pintan ya como claro favorito— es el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro. A propósito de sus posibilidades para hacerse con el puesto destacan las palabras que el entonces fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce , le dedicó este verano durante la entrega de la Cruz de Peñafort y que apelaban abiertamente a «lo que te queda por hacer en el futuro». Su carácter independiente, al margen de cualquier asociación, también podría ayudarle a Aladro a sumar puntos a su candidatura.

La nómina de aspirantes a liderar la Fiscalía gallega se cierra con Florentino Delgado, actual fiscal jefe de Orense. Un profesional de tinte conservador que ahora emerge como pretendiente al puesto tras varios meses de intensa actividad y exposición mediática de la mano de los procesos contra José Luis Baltar. En este terreno, Delgado saltó a los titulares cuando pidió para el expresidente de la Diputación de Orense una condena de diez años «por creerse más que la ley y saltarse a la torera las normas» en referencias a las supuestas contrataciones irregulares en el ente provincial orensano.

En manos del Consejo Fiscal, órgano encargado de valorar los proyectos y méritos de los aspirantes, queda decidir si votan por la continuidad o por el cambio. Una vez elegido, el nuevo responsable de la Fiscalía Superior de Galicia tendrá por delante un mandato de cinco años en el que lidiar con los delitos relacionados con la corrupción y los macroprocesos abiertos en la Comunidad gallega.