entrevista alfredo lópez|biólogo del cemma
«Las últimas borrascas arrastraron a la costa medusas asesinas»
En los últimos días llegaron a las playas del sur de la Comunidad centenares de carabelas portuguesas, cuya picadura resulta muy peligrosa para la salud
lidia rey
Primero aparecieron en la costa viguesa de Oia, y una semana después, invadieron la playa de Patos, en Nigrán. El sur de Galicia sufrió en los últimos días la visita masiva de carabelas portuguesas, conocidas como «medusas asesinas», un calificativo que horroriza a Alfredo López, ... biólogo de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (CEMMA). «No tienen intención de matar, aunque son peligrosas», advierte. Sobre esta plaga y sus consecuencias habló para ABC.
—¿A qué se debe esta plaga?
—Últimamente estamos viviendo una serie de acontecimientos, todos ellos en la costa, derivados de las condiciones meteorológicas especiales que vivimos. Las sucesivas borrascas y el mar de fondo aproximan hacia la costa masas de agua caliente en las que viajan una serie de especies como estas medusas o tortugas marinas, que también están apareciendo.
—¿Es habitual ver esta cantidad de medusas en las playas?
—Ocurrió anteriormente en temporales, más o menos, parecidos, aunque no tan intensos. Lo curioso de este caso es la cantidad de medusas que han llegado a la costa gallega. Aparecieron en una zona bastante extensas, desde Oia hasta Fisterra. Concretamente en la playa de Patos pudieron recogerse unas cien. Entre todas ellas, se encontraba una especie más agresiva: las carabelas portuguesas.
—¿Se puede saber, a priori, que se van a producir este tipo de plagas?
—Es imposible. Se puede estudiar cómo evolucionan las corrientes, y puedes intuirlo, pero no se sabe nada con certeza. Hay que estar atentos y monitorizar las playas para evitar que puedan afectar a personas. El martes se cerró la playa de Patos, por ejemplo, donde entrenaban un grupo de surfistas.
—¿Cómo reciben el aviso?
—Normalmente, cuando alguien localiza algo raro en la costa, llama al 112. Además, nosotros tenemos mucha relación con la Escuela de surf de Patos, en esta ocasión, fueron ellos los que nos alertaron.
—Una vez que son alertados, ¿cuál es el protocolo de actuación?
—Primero avisamos a los equipos de Emergencias y de Protección civil para que acudan a la zona y evalúen los riesgos que se pueden producir. En este caso, fueron los propios surfistas que se encontraban en la playa los que recogieron los ejemplares, porque eran los más interesados en frenar las consecuencias que podían causar.
—Comentaba que este año también llegaron a los arenales gallegos tortugas marinas, focas, y ahora medusas, ¿están teniendo más actividad de la habitual?
—La verdad es que sí, desde principios de año llevamos más de 120 ejemplares varados.
—¿Qué podría haber ocurrido si la plaga de medusas, en vez de en ésta, se diese en otra época del año?
—En verano también se produce alguna, aunque no con esta intensidad, ni con este tipo de medusas, pero si que aumentarían los riesgos. Al haber más gente en las playas se incrementan los riesgos de sufrir picaduras. De todos modos, interesa que la gente conozca esta especie de medusa para que, si se encuentran con ella, no la toquen. La gente suele acercarse y, por curiosidad, echa la mano. Es necesario que se sepa que son peligrosas.
—En el caso de sufrir un accidente, y padecer la picadura de una carabela portuguesa, ¿qué recomendaciones se deben seguir?
—En primer lugar, se debe evitar la picadura. Sin embargo, si una medusa ataque a alguien, hay que tratar de no frotar la herida. Simplemente lavarla con agua de mar, y aplicarle frío. Es decir, ponerle un poco de hielo, pero no directamente sobre la piel, porque el contacto con el agua dulce la perjudicaría aún más. Y lo más importante es alertar a Emergencias o acudir al médico. Todo este ritual no impide que sea consultado por un especialista.
—¿Conoce el caso de algún afectado por esta plaga de medusas?
—Este mismo martes, algunos de los surfistas sufrieron pequeñas irritaciones. A alguno le picaban las manos, e incluso la cara. También se vieron afectados los chicos que colaboraron recogiendo los ejemplares, pese a que procuraron tener la mayor precaución, pero alguno de los tentáculos debía estar suelto y padecieron picaduras. Fueron incidentes menores, simples irritaciones. Con todo, hay que guardar mucha precaución porque las medusas, aunque estén varadas, no significa que estén muertas. El frío de estos días puede mantenerlas con vida durante varios días.
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