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«Basterra fue más listo que Porto, se buscó su propia coartada»

El fiscal del «caso Asunta» plantea que a la niña solo la asfixió su madre, aunque defiende un plan conjunto entre los dos progenitores para acabar con su vida

«Basterra fue más listo que Porto, se buscó su propia coartada» m. muñiz

p. abet

«Asesino no es solo el que dispara el fusil sino el que le proporciona el arma» . Con esta idea de partida ha arrancado el fiscal del caso por la muerte de la niña Asunta Basterra su alegato final. Unas contundentes conclusiones en las que el representante público ha desgranado todos los indicios de un crimen que achaca a los dos acusados. Pese a ello, el fiscal ha rectificado un párrafo de su texto final para abrir la puerta a que el padre de la niña no hubiese participado de la asfixia de la pequeña. «Alfonso fue más listo que Rosario y se buscó su propia coartada pese al plan conjunto», ha llegado a deslizar ante el jurado popular. El fiscal ha sostenido que el crimen lo idearon los padres en los meses previos y que la madre pudo ser la que lo materializó porque «a la hora de la muerte, Asunta estaba con su madre».

«A la niña no la arrojaron en la pista. La desataron y la colocaron porque había un vínculo emocional» ha mantenido el fiscal para apoyar su versión. Pese a todo, la hipótesis del Ministerio Público no descarta la presencia de Alfonso Basterra en la finca de Teo y apunta para ello las dos mascarillas que había en el coche. Para explicar que las cuerdas apareciesen al lado del cadáver, el fiscal han explicado que está claro que «no eran asesinos profesionales» y que, por ello, «cometen errores».

Fiscalía ha considerado probado que la niña murió asfixiada con un objeto blando, que podría ser en su opinión la mascarilla con los pañuelos o la funda de la almohada, que nunca fue encontrada. Sobre la sedación, el representante de la acusación pública ha sostenido que las al menos 27 pastillas que ingirió Asunta se la dieron los padres «cuando estaban juntos». Para ello se ha basado en la última comida de la niña, 3 o 4 horas antes de su muerte a la luz del proceso digestivo de la niña, que ya estaba eliminando por orina algunos sedantes. Todo ello apunta a que Asunta pudo ingerir las pastillas a las 17 horas, según el fiscal. Porque poco después la niña manda un mensaje y a las 18 hora sla ven caminando por calle ha incidido. «Sedarla está intrínsecamente relacionado con el asesinato y aquí aparece Alfonso», ha rematado sobre este propósito.

Tanto la acusación particular , que pide 20 años de cárcel para cada uno de los acusados, como las dos defensas que mantienen la inocencia de sus clientes han elevado sus conclusiones a definitivas.

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