Ferrín moviliza a los académicos para impedir la victoria de Alonso Montero

Pocos días después de su dimisión, el tesorero durante su dirección, Manuel González, era el primero en dar un paso al frente para hacerse con el bastón de mando en la institución. Se erigió como la vía «continuista» de las políticas desarrolladas durante estos últimos tres años, si bien también mostró su voluntad de trasparentar las actuaciones de la institución , fomentar un clima de confianza entre los académicos o garantizar la independencia de la RAG frente a otros organismos de la lengua gallega.

Todo ello, de cara al público y para amarrar el voto de los académicos numerarios, pero el afán de cambio de González si logra la Presidencia de la Academia se quedaría en eso; en mera palabrería. Y es que según sostienen fuentes consultadas por ABC, la candidatura del lingüista y lexicógrafo no nace de la improvisación, sino que está -y estuvo- «coordinada» en todo momento por el propio Ferrín, el mismo que el pasado 13 de marzo abandonó Tabernas para no volver.

Pero lejos de cerrar la puerta, el expresidente prefirió entornarla al tiempo que aparecía otro nombre sobre la palestra : el del ensayista y profesor Xesús Alonso Montero, auspiciado por más de una decena de académicos molestos con la deriva de la anterior dirección. A partir de entonces, empezó la guerra sucia para amarrar votos . Ferrín olvidó por un momento su «paisaje nativo» y se centró en movilizar a los académicos -sobre todo a los de mayor edad- para que cediesen su voto a favor de González. Sonoro es el caso que afecta a Xohana Torres, ausente desde hace varios años a los plenos por enfermedad y que, sin embargo, habría dado en esta ocasión su sufragio -mandado por correo- al tesorero en funciones gracias a la intermediación de Ferrín.

No es, sin embargo, la primera vez que se intentan amañar unas elecciones en el seno de la RAG. Uno de los últimos tejemanejes se produjo en la votación que aupó a Fina Casalderrey al puesto de académica tras imponerse a Chus Pato, gran amiga de Ferrín. Por aquel entonces, el todavía presidente se valió de autoridad para conseguir una silla para Pato, aunque sus hilos no consiguieron enfilar la aguja.

Sin Casalderrey y sin Pegerto Saavedra -miembros numerarios que todavía no han pronunciado su discurso de ingreso en la RAG-, en el pleno que este sábado se celebra en la sede a partir de las 12 horas para elegir nuevo presidente, Xesús Alonso Montero y Manuel González ponen el foco sobre los 27 académicos, toda vez que, y pese a los intentos, resultase imposible consensuar un acuerdo entre ambos.

Tentativas existieron. Durante la última, mantenida a principios de esta semana y en la cual se citaron tres afines a Alonso Montero -Rosario Álvarez, Andrés Torres Queiruga y Xesús Ferro- con González, se avanzó en una posible confluencia real que, pocas horas después, fue desechada por el propio González. Tras el «no», el sector alternativo perfiló los puestos en su posible directiva: Henrique Monteagudo de secretario, Torres Queiruga como vicesecretario, Álvarez de tesorera y Margarita Lego como archivera.

Con las cartas sobre la mesa, de entre los 27 se intuyen, a priori, entre dos o tres abstenciones -ya se conoce la de Salvador García-Bodaño-, alrededor de trece votos a favor para la candidatura de Alonso Montero y entre diez u once para auspiciar a González. En este último grupo -que estaría formado por el propio aspirante a la Presidencia; el presidente en funciones, Xosé Luis Axeitos; Xosé Ramón Barreiro Fernández; Darío Xohán Cabana; Francisco Fernández Rei; Andrés Fernández-Albalat; Luz Pozo Garza; Xosé Luis Regueira; Manuel Rivas y Euloxio Rodríguez Ruibal- se sumaría ahora la papeleta forzada de Torres.

Con las quinielas hechas, habrá que esperar hasta el mediodía -hora a la que se prevé terminar la sesión- para conocer al vencedor. Si bien hace escasos días la balanza se decantaba hacia Alonso Montero, el «poder de intimidación» del expresidente podría variar los votos en forma de abstención. Y si eso ocurre, «la Academia estaría dirigida por Ferrín desde la sombra».