Cambiar para que nada cambie

Hábil estrategia que está aplicando el Partido Popular en la Comunidad Valenciana. Espoleado por la coordinadora regional, Isabel Bonig –quien, por cierto, ha encontrado un fiel escudero en el ubicuo Juanvi Pérez-, un colectivo creciente de cualificados militantes promueve cambios sustanciales. Si hace tres años César Sánchez, alcalde de Calpe, parecía clamar en el desierto con sus propuestas de más participación ciudadana y reducción de prerrogativas de cargos públicos, ahora ha logrado un extenso eco.

La dirección provincial ha recogido el guante. El hecho de pasar un cuestionario a algunos presidentes locales del PP para preguntarles por el perfil idóneo del candidato en su municipio supone un primer paso. También la búsqueda directa y efectiva de reemplazo de primeros ediles que considera ya amortizados, caso de Llíria, o de candidatos que nunca han llegado a izar la vara de mando, con Burjassot de ejemplo.

Militantes activos como Rubén Molina, en Horta Sud, se están convirtiendo en referentes de esa línea modernizadora. Pablo Carreres, con su labor motivadora en agrupaciones y en el uso de redes sociales, no le anda a la zaga. Entre los abanderados destaca el concejal de Sempere, José Morgan García, que repetirá como candidato en esta diminuta población de la Vall d'Albaida. O el alcalde de Daimús, Javier Plans, que somete a votación popular el diseño de la principal avenida de la pedanía de Los Pedregales.

Y hablando de cambios, Renovacio Política ha lanzado la novedosa campaña «¿Quieres ser alcalde de tu pueblo» para reclutar candidatos. La formación que preside Benjamín Lafarga constituye una de las pocas que sigue latiendo en el ámbito valencianista.