DEPORTE FEMENINO
Un tenis de pura garra
Anabel Medina, plata olímpica en Pekín y ganadora de dos Roland Garros, recorre por las pistas de todo el mundo su gran carrera
RAÚL COSÍN
Tenista de pura raza. De garra inagotable siempre que pisa una pista. Y lleva quince años compitiendo. Y en ese tiempo ha ido dibujando un palmarés cuantioso -tan fácil de enumerar y tan complicado de lograr como once títulos individuales y veintiuno en dobles-, pintado ... en plata con una medalla mágica y para siempre en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. De su tenis disciplinado y con carácter, y de su gesto pausado, pero con poso y maduro en la distancia corta, se concreta una de las jugadoras referentes del tenis nacional. Anabel Medina Garrigues (Torrent, Valencia, 31/7/1982) descubre su intenso caminar por el mundo de la raqueta desde que con siete años señaló a su padre las pistas de la escuela municipal de Torrent y le dijo: «Papá, yo quiero jugar a eso».
Cuenta, relajada tras entrenar en el Sporting Tenis Valencia, que sus comienzos en el mundo del tenis fueron muy «naturales». Sin pensar en ningún momento que «me quisiese dedicar a ello profesionalmente». «Empecé poco a poco, jugando una vez a la semana. Luego pasé a algo más de competición y ya jugaba cuatro o cinco días a la semana. Fui jugando y se me daba bien. Y me metí en torneos profesionales con quince años», relata Medina.
A pocos días de cumplir los 18 años, ganó su primer título internacional individual en Palermo. Era 2001. Y en dobles fue un año intenso con cuatro torneos en el zurrón. Pero ese año también fue crucial para su carrera. Sufrió una lesión grave de rodilla en un partido contra Mónica Seles en Australia.
«No sé si de no haberme lesionado hubiese conseguido mejores cosas o si hubiera sido mejor o peor jugadora. Desde luego cambió mi carrera desde el mismo momento en que tuve una lesión tan grave que me obligó a estar sin competir un año. Después de esa lesión he tenido muchos problemas con la rodilla y he estado un poco limitada a nivel físico», reflexiona, al tiempo que se siente satisfecha de lo conseguido y asegura que «estoy muy orgullosa de mi palmarés y no lo cambio por nada. He tenido momentos muy bonitos como los triunfos en Roland Garros -en dobles en 2008 y 2009- y la medalla de plata en Pekín junto a Vivi Ruano».
Una carrera ya de quince años que concede a Anabel historias y anécdotas. «Tengo muy buen recuerdo de la victoria contra Amélie Mauresmo en Estrasburgo (2007). Ella estaba la cuatro del mundo. También fue anecdótico ganarle (sonríe)», explica la tenista valenciana, quien considera a una de sus peores rivales a «Patty Snyder. Era un horror jugar contra ella. Tenía un estilo de juego muy diferente a ahora. Era capaz de variar el juego de una manera increíble».
El tenis femenino ha ido cambiando, alcanzando un punto más físico desde la entrada de las hermanas Williams o Lindsay Davenport. «Antes no era tan físico, era cuestión de más estrategia... La evolución lo ha llevado más a la potencia y al ponerse fuerte», dice.
Pero Medina advierte que hay cuestiones en las que todavía hay que progresar. «Tenemos que seguir luchando en nuestro propio deporte y con nuestras rivales, pero también contra el machismo que todavía existe. Y no sólo hablo del tenis, sino de los demás deportes. Se han dado pasos, pero queda mucho. A menudo no se valora a la deportista. El esfuerzo, el sacrificio y el trabajo, como mínimo es el mismo», defiende.
Privilegiadas del deporte
Anabel, que estudia Gestión y Dirección de Eventos Deportivos a través del CSD, diferencia dos asuntos respecto a la cuestión económica. Concreta que es notoria la diferencia, por ejemplo, entre el tenista 30 del mundo y la tenista que ocupa el mismo puesto del ránking femenino. No obstante, subraya que «nosotras, en el caso del tenis, no debemos tener ningún tipo de queja. Nos debemos sentir privilegiadas en el tenis. Porque hablando con compañeras de otros deportes te dicen que, por ejemplo, si no cobran la beca ADO no pueden entrenar el año siguiente. Hay compañeras que pueden tener mejor currículum que yo, pero que cuando lo dejen tienen que buscarse un trabajo. Es triste que no tengan el reconocimiento que merecen».
Anabel se prepara para la temporada y espera recuperar un buen tenis a nivel individual. «A corto plazo quiero acabar bien la pretemporada y empezar bien en Australia. Intentaré volver a encontrar buenas sensaciones a nivel individual y quiero ver si recupero mi ranking individual, que ha caído un poquito. A largo plazo, que tampoco es un largo plazo por la edad, sí intentaré acabar mi carrera lo mejor posible», expone la tenista valenciana, quien quiere «meterme en el mundo de la enseñanza que me gusta mucho».
Aún queda camino por delante para la torrentina. ¿Piensa en Río de Janeiro 2016? «A nivel individual lo veo un poco complicado, porque tres años, con el tema de la rodilla, lo veo difícil. Pero a nivel de dobles, si todo va bien, pues no lo descarto. Serían mis cuartos Juegos y sería algo muy bonito», concluye Anabel Medina.
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