Banco de Valencia, de joya de la burguesía a baratija de saldo

La i ntervención del Banco de Valencia ponía punto y aparte a lo que había sido una trayectoria errática, lastrada por los errores en la gestión y que dejaba como consecuencia un agujero patrimonial de 585 millones de euros al cierre de 2011.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) inyectó inicialmente 1.000 millones de euros a la entidad, a los que se sumaron otros 2.000 millones en líneas de crédito. Solo los activos tóxicos en el sector inmobiliario que acumula el Banco de Valencia sumaban ochocientos millones de euros. Según los «test» de estrés, Banco de Valencia cuenta con unas necesidades de capital de hasta 3.462 millones de euros

Unos datos que, unidos a la intervención, hundieron la cotización del bancio y, con ello, la inversión de sus más de 47.000 accionistas . Algunos de ellos son (eran) referentes de la burguesía valenciana, que habían considerado a la entidad como la joya del sector financiero local.

Una joya que, a día de hoy, se ha convertido en baratija a precio de saldo. Tras diversos intentos frustrados, el FROB parece dispuesto a resolver el dilema en las próximas semanas. O se vende el banco o se liquida. Meses atrás fue el Banco Mare Nostrum, el SIP liderado por Caja Murcia el que mostró su interés ante una eventual subasta. Un proceso que quedó en suspenso en junio tras la crisis desatada en Bankia -antiguo accionista de referenia del Banco de Valencia a través de Bancaja- y que el Banco de España acaba de reactivar .

Una vez concretados los términos del Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que supondrá la salida de 360 trabajadores y el cierre de 67 oficinas , el organismo supervisor parece dispuesto a dar el paso, toda vez que diversos informes esgrimidos por el FROB concluyen que resultaría más caro cerrar la persiana que adjudicar el banco al mejor postor.

En este sentido, las quinielas permanecen abiertas. Entre las entidades mejor posicionadas para hacerse con Banco de Valencia figuran BBVA y Caixabank , que «están valorando» esta operación, según fuentes del sector.

A la burguesía valenciana, al entramado empresarial más vinculado al poder político y a la propia Generalitat no les queda otra más que cruzar los dedos a la espera de una operación similar a la del Sabadell con la CAM que permita al menos mantener la marca Banco de Valencia, el último vestigio de lo que fue el principal polo financiero valenciano, hoy reducido a una ganga.