historia de alicante
El Paseo del Chanco
La plaza de Gabriel Miró, tuvo en su día una hermosa cancela de hierro, levantada por el contratista de obras José Marco Oliver, al cual le costó lo suyo cobrar la factura
El Paseo del Chanco
«Con este título –denominación popular de la plaza-jardín que en Alicante hoy se llama de ‘Gabriel Miró’, en memoria del escritor genial- ha aparecido una revista anual ilustrada, que tiene por única misión la de cantar cada doce meses, en este de junio, ... las bellezas del barrio y consignar la descripción de la hoguera con que los citados vecinos contribuyen a la fiesta de las Hogueras de San Juan». Esta era parte de la reseña que ABC publicaba en su página 34 el ocho de junio de 1932 en relación a la aparición del llibret de la Hoguera de la Plaza de Gabriel Miró . Se anunciaba además que habían colaborado en dicho libro destacados alicantinos como Ferrándiz Torremocha , Víctor Viñes, Eleuterio Meseguer o el mismo Redactor-Jefe de ABC, el alicantino Rodolfo de Salazar .
Mucho se ha escrito ya de esta plaza, sin duda una de las pocas –quizás la única- que posee el honor de tener un rinconcito reservado en el corazón de todo alicantino, pero hemos querido dedicar la primera entrega de esta sección quincenal a contarles la historia de este emblemático rincón de la ciudad, por ser «El Paseo del Chanco» el nombre que desde hoy llevarán estas columnas.
Sobre el origen del nombre popular de la plaza existen varias versiones. Una, apuntada por Vila y Blanco , afirma que el significado le vendría de una vieja fuente existente en el lugar ocupado hoy por el Casino, que se encontraba en muy mal estado. La palabra valenciana «xanco» -o más correctamente «xanca»- definida como sinónimo de algo obsoleto y muy deteriorado habría dado, por consiguiente, el mote al paseo. Otros autores afirman que el apodo le vendría de otra de las definiciones de la palabra valenciana antes mencionada, que guardaría relación con los zancos que tendrían que usar los ciudadanos si querían sortear el lodazal en que se transformaba la plaza originaria en época de lluvias.
Si del nombre oficial que lleva la plaza hablamos, comprobaremos que éste no ha quedado al margen de los vaivenes políticos que han afectado a nuestro país. Veamos. Aquella primitiva plaza de las Barcas en la que se reparaban las embarcaciones de pesca, fue rotulada con el nombre de Isabel II coincidiendo, según los cronistas, con la mayoría de edad de la Reina. Tras la Revolución de Septiembre de 1868, pasó a denominarse de la Libertad, nombre que mantuvo hasta 1875, cuando volvió a llevar el nombre de la madre del Rey Alfonso XII . En 1930, coincidiendo con la muerte del escritor Gabriel Miró, los jardines interiores del paseo pasaron a ostentar su nombre, el cual se extendió a toda la plaza tras la proclamación de la II República.
La plaza de Gabriel Miró, como jardín romántico que es, tuvo en su día una hermosa cancela de hierro, levantada por el contratista de obras José Marco Oliver , al cual le costó lo suyo cobrar la factura. Derribada esta cancela, no sin polémica, la plaza fue abierta a la ciudad, quedando tal y como hoy la vemos. Las viejas fuentes de aguas potables fueron sustituidas por una hermosa fuente ornamental conocida por «La Aguadora», obra de Vicente Bañuls, instalada en el centro de la misma alberca que recibió en octubre de 1898 las primeras aguas de Sax.
A día de hoy, pocos son los comercios históricos que subsisten. Desaparecida la prestigiosa Sastrería Prado , la Peluquería y la Farmacia Luna , ha llegado el turno de los bares, tabernas y restaurantes que, tras la reapertura de la Casa de Correos, han insuflado nueva vida al entrañable Paseo del Chanco.
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