Tormenta política en Alemania a cuenta de los tanques Leopard
La ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, de Los Verdes, da luz verde al envío por parte de terceros países
Josep Borrell celebra la decisión desde Bruselas, pero Scholz reitera la idea de tomarse su tiempo para decidir
Polonia pedirá permiso a Berlín para dotar a Ucrania con Leopard y los países bálticos presionan para el envío
La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock
El canciller Olaf Scholz se había enfrentado él solo contra Occidente durante el fin de semana para defender la negativa alemana a entregar tanques pesados Leopard a Ucrania. Por eso el anuncio de su ministra de Exteriores causó estupor tanto dentro como fuera de ... las fronteras alemanas.
Annalena Baerbock declaró en la noche del domingo a la cadena de televisión francesa LCI que Berlín no denegará el visto bueno a las entregas polacas de Leopard una vez sea cursada la solicitud que exigen los contratos de compraventa. «La solicitud no se ha presentado hasta ahora formalmente, pero si fuera presentada, no nos interpondríamos», dijo la ministra verde. Se trataba de un importante giro en la posición alemana sobre el suministro de armas a Ucrania y el alto representante de Exteriores de la UE, Josep Borrell, celebró desde Bruselas que «Alemania no va a prohibir que otros países exporten los tanques Leopard si así lo desean».
Ni confirma ni desmiente
Pero el hecho es que la Cancillería de Berlín evitó durante todo el día del lunes confirmar o desmentir tal cambio de posición y el caos se apoderó de la comunicación del Gobierno alemán. Al cierre de esta edición, seguía sin estar claro si Alemania permitirá o no el traspaso de los Leopard que tan insistentemente han pedido sus socios y tan sistemáticamente ha negado hasta ahora.
La propia ministra Baerbock, que asistió este lunes a una reunión con sus homólogos europeos en Bruselas, pasó de puntillas sobre sus propias palabras y se limitó a responder que «ahora es necesario hacer todo lo posible para defender a Ucrania y para que Ucrania gane». En Berlín, mientras tanto, el portavoz de Scholz, Steffen Hebestreit, declaraba en la habitual rueda de prensa del Gobierno de los lunes que «el canciller se siente muy confirmado en su actitud equilibrada y sensata» sobre la negativa a entregar los carros de combate Leopard y aseguró que Scholz «no será empujado a ningún lugar al que no quiera ir». Hebestreit reiteró que sigue siendo necesario «tomarse un tiempo» para la discusión y prefirió extenderse sobre el traslado del sistema antimisiles Patriot a Polonia, que comenzó el pasado lunes y del que el lunes suministró finalmente abundante material gráfico.
Se trata, sin duda, de un hecho trascendente: por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial es desplegado armamento pesado alemán en territorio polaco, esta vez para proteger su espacio aéreo de un potencial ataque ruso. Y Hebestreit se escudó en él para evitar desmentir directamente las palabras de Baerbock.
Los Verdes, a favor del envío
Un desmentido supondría una declaración de guerra en el seno de la 'coalición semáforo', en la que Scholz gobierna con verdes y liberales. Estos últimos, por cierto, están también a favor de la entrega de los tanques. «La historia nos está observando y, lamentablemente, Alemania acaba de volver a fracasar», han sido las últimas palabras de la portavoz en materia de Defensa del FDP, Marie-Agnes Strack-Zimmermann. «Al menos una señal para dar luz verde a los envíos de los socios habría sido correcta».
Si el canciller se arriesga a una crisis de coalición por los Leopard es porque tiene en mente a su partido, especialmente al ala más a la izquierda. «No quiere fracasar ante su propio partido, como Schmidt y Schröder», apunta el politólogo Thomas Jäger, que anota también que «cada entrega de armas significa un ascenso en el nivel de conflicto». Alemania ha pasado del envío de 500 cascos, que fue su primera aportación tras el inicio de la invasión rusa, a la entrega de tanques Marder, ya en Kiev. «Pero habrá más y más peticiones», dice el diputado socialdemócrata Parsa Marvi. «Los ucranianos están pidiendo ya aviones de combate y hay que ir con cuidado, porque cada envío vuelve a poner a prueba la línea roja de Vladímir Putin».
Scholz, afirman fuentes de la Casa Willy Brandt de Berlín, está sujeto a las decisiones del SPD en materia de relaciones con Rusia. El programa electoral de 2021 describía a Rusia como «central para la paz en Europa» y la asociación estratégica con Moscú se concibe como «indispensable».
El lunes el presídium discutió un nuevo documento de posición titulado 'Respuestas socialdemócratas a un mundo en transición', elaborado por la Comisión de Política Internacional (KIP) y sin el que, aparentemente, Scholz no dará más pasos. «Alemania solo irá detrás de Estados Unidos, no actuará ni en vanguardia ni en solitario», aclaraban fuentes de la Cancillería, que apuntan que, además del visto bueno del partido, Scholz espera que Biden dé pasos que permitan a Berlín seguir sus huellas. «Pero Biden duda. Y Macron también ha formulado condiciones para la entrega de los Leclerc. De manera que se habla de una negativa alemana cuando aquí todos tienen reticencias».
La soledad de Alemania, sin embargo, volvió a quedar el lunes demostrada en Bruselas. Baerbock defiende la creación de un tribunal híbrido para juzgar los crímenes en Ucrania en La Haya, que incluya el derecho penal ucraniano, y ni un solo ministro de Exteriores europeo apoyó su iniciativa.