Silencio en Maidán para honrar a los defensores de Ucrania
Los ucranianos recuerdan este domingo a los caídos en la guerra y rinden homenaje a los que arriesgan sus vidas en el frente
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Un militar sostiene su gorra en la mano y mira al frente. Los conductores bajan de sus coches y ponen su mano en el corazón. Dos niños ondean pequeñas banderas ucranianas. Una emoción discreta y potente impregna cada esquina de la Plaza de la ... Independencia de Kiev. Poco antes de las nueve de la mañana se van congregando decenas de personas.
Algunas llevan las fotos de los que ya no estarán más a su lado. Otros dejan ramos de flotes. La guerra ha segado miles de vidas en este país. Y hoy, que es el Día de los Defensores, los ucranianos no están dispuestos a olvidar a los caídos. Quieren rendir homenaje a lo muertos y a agradecer a los que siguen batallando en las trincheras.
Los llantos son tímidos, pero no pasan desapercibidos. El himno de Ucrania rompe un silencio luctuoso. «El alma y cuerpo sacrificaremos por nuestra libertad» dice una de las estrofas del poema que escribió Pavló Chubinski en el siglo XIX. Cesa la música y al unísono, los asistentes pronuncian sólo dos palabras: «Slava Ukraini» (Gloria a Ucrania). La misma escena se repite en todas las ciudades de Ucrania.
La mañana es gris y las temperaturas avisan que el cálido verano va quedando atrás. Durante la jornada más gente llegará, dice un periodista ucraniano. A un costado de las escaleras que llevan hasta los pies de la estatua de Berehynia, punto central de la plaza, se erigen cientos de pequeñas banderas en el césped. La mayoría son ucranianas, pero también se pueden ver de otros países como Estados Unidos, Georgia o Taiwan. Cada una de ellas se colocó en nombre de un muerto de esta guerra. Hay una bandera española en memoria de la cooperante Emma Igual. La voluntaria falleció en septiembre tras un ataque ruso contra su convoy humanitario.
Algunas viudas dejan flores en el lugar. Dos soldados se adentran en la hierba y colocan una nueva bandera azul y amarilla en recuerdo de sus camaradas de armas. Otros, como Sergey Poseniak, vienen a rendir tributos a los amigos que «no podrán ver la victoria de Ucrania sobre el enemigo». «Es importante para mi país recordar y mostrar el apoyo a los que están luchando», cuenta.
El veterano lleva colgadas varias medallas en su uniforme. Está con su familia. Sus hijas pequeñas juegan mientras él recuerda sus vacaciones en las Islas Canarias antes de la guerra. Parece otra vida. Poseniak luchó en 2014. «Fui con un amigo militar al este de Ucrania, solo para ver lo que estaba sucediendo y me quedé dos años y medio», explica con buen humor.
Cuando los tanques rusos intentaron llegar a Kiev, el 24 de febrero de 2022, Sergey se presentó ante su antigua unidad y combatió a los rusos en Moschun e Irpín. Después tomó rumbo al este, al frente de Donetsk. «Yo fui el que colgué la bandera de Ucrania en el monumento Artem, en Svyatogorsk cuando la liberamos hace ya más de un año». El vídeo se hizo famoso en redes sociales y entonces Sergey tenía todavía las dos piernas. «La guerra aquí es durísima» subraya. El veterano es optimista, cree en la victoria y recalca que lucha por un futuro en paz para su familia.
El Día de los Defensores se celebra por primera en Ucrania vez el primero de octubre. La conmemoración data de los tiempos soviéticos y entonces tenía lugar el 23 de febrero. En 2014, año de la Revolución de la Dignidad, el ex presidente ucraniano, Petro Poroshenko, escogió el 14 de octubre, coincidiendo con el día de los cosacos y la Intercesión de la Santísima Theotokos. El adelanto de la celebración en 2023 se debe a que la Iglesia Ortodoxa de Ucrania adoptó el nuevo calendario Juliano.
Los maestros también celebran hoy su día. Oleksander, de 33 años y profesor, ha combatido durante varios meses en el frente de este. Está de permiso y se incorporó a su antiguo trabajo, «pero estoy deseado volver a la lucha», confiesa. El hombre recuerda cada día a sus alumnos que el país sigue en guerra, «es importante que lo tengan presente», destaca. Cree que es necesario asistir a este tipo de homenajes para honrar a todos los que «sacrificaron su vida por la independencia del país». Oleksander siempre habló en ucraniano y asegura que cuando habla ruso «su alma se pone triste». Sin embargo, no le importa expresarse en ese idioma para poder conversar con su interlocutora. Uno de sus planes cuando acabe la guerra será poder hacer el camino de Santiago junto a sus amigos.
Homenajes en Mariupol
Los homenajes también llegan desde Mariupol. Valentina y Vladislav son hermanos. Tiene 26 y 20 años respectivamente. Están con un grupo de vecinos que lograron salir del sitio de la tristemente emblemática ciudad a principio de abril de año pasado. Los jóvenes estuvieron dos meses bajo la ocupación rusa. «Fue aterrador: bombardeos, tanques disparando, falta de agua, falta de electricidad…» resume Valentina. Han sobrevivido y hoy se niegan a olvidar. «Venimos recordar y agradecer a todos los que murieron -especialmente a aquellos militares que perdieron la vida luchando por nuestra ciudad- y a los que siguen luchando». Valentina afirma que es necesario asistir a estas conmemoraciones para recordarle al mundo que la guerra sigue y que tanto los soldados como los civiles de Ucrania continúan muriendo.
Los hermanos extrañan el mar. La vida era confortable allí, dicen. «Había conciertos, teníamos un sistema público de trasportes nuevo». La metrópoli «estaba creciendo hasta que vinieron a matarla», sentencia la joven. Pensar en lo que vendrá no es fácil en un país en guerra. Pero Valentina y su hermano tienen claro que en el futuro volverán a estar a la orilla del mar en su querida Mariúpol.