Sarkozy usa como ejemplo a Zapatero y González para justificar su reforma de pensiones

Nicolas Sarkozy justifica su cambio de gobierno con el anuncio de una nueva ola de reformas , que él y su primer ministro, François Fillon, presentan como imprescindibles, puestas en práctica por «un equipo de combate» contra el paro y las injusticias . Sarkozy quiere «lanzar una reforma del sistema judicial y una reforma fiscal necesaria para poder combatir el paro con más crecimiento».

Fillon, primero, ante la Asamblea Nacional, y Sarkozy después, ante todas las grandes cadenas de radio y tv, a lo largo de una entrevista de hora y media de duración, exponen la misma agenda del nuevo Gobierno francés, en la que salen al paso de todos los problemas y crisis recientes.

Ante el problema europeo de las expulsiones de gitanos rumanos, Sarkozy responde: «No había problema con los gitanos franceses o europeos. Había más de 500 campamentos de gitanos franceses y europeos, totalmente ilegales . No podía tolerarse».

Ante los dos últimos meses de huelgas y manifestaciones contra la gran reforma del sistema nacional de pensiones, Sarkozy replica: «Todo el mundo anunciaba un nuevo Mayo del 68. Finalmente, la reforma se ha consumado. Era imprescindible y necesaria. Comprendo las protestas. Pero antes las pensiones no estaban aseguradas. Ahora lo están».

Ante el «giro a la derecha» de su nuevo Gobierno, Sarkozy razona: «He elegido la continuidad en el combate de las reformas. Y François Fillon me parece el mejor primer ministro de Francia. En este nuevo Gobierno también hay centristas y están representadas muy distintas sensibilidades sociales y culturales».

Tras los temas de actualidad, el presidente de la República fue interrogado sin concesiones sobre las cuestiones de fondo: la crisis, las reformas pendientes, la presidencia francesa del G-20.

Como había dicho su primer ministro horas antes, Sarkozy insiste: «Necesitamos un gobierno de combate, con gente con experiencia y gente nueva, para combatir el paro, crear riqueza». Las reformas seguirán. Para comenzar con una reforma fiscal, la primavera que viene. Todos los analistas afirman que «será inevitable subir los impuestos». Sarkozy replica: «No subiré los impuestos . Hay que reformar el gasto, hay que reformar la fiscalidad».

Ante la dimensión europea y mundial de la crisis, Sarkozy da muestras de una rara modestia. Con matices. Sarkozy no avanza grandes ideas generales sobre las reformas pendientes para combatir el desorden monetario mundial. Pero enumera algunos terrenos de trabajo multilateral, para Francia, que preside el G-20 durante el próximo año: reforma del sistema monetario internacional, combatir la especulación contra las materias primas, ayudar a África a integrarse en el nuevo sistema económico planetario.

El azar quiere que el presidente francés se entreviste este miércoles con Dominique Strauss-Kahn, que pudiera ser su rival socialista en las próximas elecciones presidenciales, previstas para la primavera de 2012, para discutir esa agenda internacional. Con cierta malevolencia, Sarkozy afirma que Strauss-Kahn y él tienen puntos de vista muy similares en materia económica mundial.

En el terreno más intimo, Sarkozy reconoció atravesar «momentos de duda» , que resuelve de este modo: «Afortunadamente, tengo una vida familiar, una esposa muy inteligente. Ella y mi familia me ayudan mucho».