juicio en noruega
Breivik confiesa que planeaba cometer dos atentados más
No hace por primera vez el saludo extremista a su llegada al tribunal ante la quejas de los familiares de las víctimas
AGENCIAS
El ultraderechista Anders Behring Breivik ha confirmado en el juicio por la masacre del pasado 22 de julio en Noruega que planeó atentar contra el Palacio Real, el Parlamento, la sede del Partido Laborista y varios medios noruegos. Esos objetivos ya los había nombrado en ... los interrogatorios policiales realizados tras su detención y filtrados por varios periódicos noruegos hace nueve meses.
Su plan inicial era colocar tres coches bomba en Oslo: dos con una tonelada de explosivos cada uno en el complejo gubernamental y la sede del Partido Laborista, y el otro -con la mitad de potencia- en el Ayuntamiento, el Parlamento o el Palacio Real. El ataque contra la isla de Utøya, escenario del campamento de las Juventudes Laboristas y donde cometió una masacre, era una posibilidad que manejaba en caso de no poder realizar los tres atentados con coche bomba, según admitió.
El hipotético atentado contra el palacio se produciría en ausencia de la familia real, ya que herirles "sería inaceptable", pues Breivik ha asegurado ser "seguidor de la monarquía", según la transcripción de su declaración difundida por medios digitales noruegos. En el caso de salir con vida, su idea era conducir en motocicleta desde palacio hasta Blitzhus, un centro okupa de Oslo, "ejecutar a tantos okupas como fuera posible", y a continuación seguir hasta la sede del periódico 'Dagsavisen' y hacer lo mismo. "Era mucho más difícil de lo que yo pensaba fabricar una bomba, surgieron problemas, no tenía materia prima para hacer suficientes", ha dicho Breivik, quien reconoció que a finales de junio se dio cuenta de que no le daría tiempo a fabricar otro artefacto explosivo, también por falta de dinero.
El extremista noruego, de 33 años, ha revelado que manejaba otros planes alternativos, como usar bombas de 50 kilos en combinación con un potente coche bomba, y que otros objetivos eran las sedes de los diarios 'Aftenposten' y 'VG' y de la televisión pública NRK, además de una conferencia anual de periodistas noruegos. En varios casos, ha descartado algunos objetivos porque podía haber muchas víctimas civiles, ha asegurado.
Renuncia al saludo extremista
A su llegada estaa mañana a los tribunales, Breivik no ha hecho, por primera vez desde que comenzó el proceso hace tres días, el saludo extremista con el brazo derecho extendido y el puño cerrado al entrar en la sala. Su abogado, Gier Lippestad, le había aconsejado ayer que no lo hiciera más, después de recibir la queja de uno de los representantes legales de los familiares de las víctimas y los supervivientes de la masacre, que lo consideraban inapropiado.
El juicio a Breivik, cuya duración prevista es de diez semanas, deberá servir para determinar el grado de salud mental del procesado y, en consecuencia, si deberá ser encarcelado o ingresado en un centro psiquiátrico.
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