El plan de Lina era coger un tren hacia Estrasburgo, para encontrarse con su novio. El día de la desaparición, informan medios franceses, la joven llevaba un vestido gris, un plumón blanco y unas zapatillas 'Converse' blancas.
Aunque se perdió la pista a las 11.00 horas y nunca llegó a la estación, dos testigos aseguran haberla visto entre las 11.15 horas y las 11.30 horas. Tampoco ha sido grabada su imagen por las cámaras de los alrededores de la zona ni se ha encontrado su móvil.
Al no llegar a Estrasburgo, su novio dio la voz de alarma y llamó a la madre de la joven, que llamó a las fuerzas de seguridad. Desde ese momento se ha sondeado a su entorno, que ha asegurado que no se vio en la chica ninguna conducta que apuntase a que se iba a fugar.
A lo largo de estos cuatro días de investigación, han participado dos redadas de voluntarios. Para la jornada de este miércoles, además, los buzos han comenzado a buscarla en diferentes puntos, según fuentes de Seguridad citadas por Le Figaro. Para esta sesión en concreto, se ha reforzado el equipo con otros diez gendarmes y siete buzos, por lo que en total se han movilizado ya 60 efectivos.
Los fiscales no descartan ninguna de las hipótesis iniciales: barajan desde que hiciese autostop para huir o que la hayan secuestrado.
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