El perfil desconocido del Rey Carlos III de Inglaterra

El primer activo que hay que destacar de Carlos III es su sólida preparación. Su padre el Duque de Edimburgo, decidió enviarle a Gordonstoun, un internado escocés caracterizado por su dureza; recuerda su etapa escolar como una sentencia penitenciaria, pero esta amarga experiencia le sirvió para dotarle de una capacidad de trabajo y de resistencia extraordinaria, lo que explica cómo ha permanecido en su puesto impertérrito, con característica flema británica, frente a los reveses en su vida personal y tantos ataques mediáticos.

Además de recibir la formación militar propia de un heredero a la corona, Carlos III se graduó en historia en la Universidad de Cambridge, por lo que va a ser el primer monarca británico con un título universitario. Este dato es especialmente relevante, durante su etapa en Cambridge comenzó a desarrollar un gran interés por la Historia y el mundo de las artes en general; tiene un carácter intelectual muy poco común entre los miembros de la realeza, con avidez por saber y entender el por qué de las cosas que le rodean.

El segundo activo de Carlos III que merece ser destacado es su compromiso con la sociedad y con grandes causas de su tiempo. Al intuir que su trayectoria como heredero de la Corona iba a ser muy larga decidió buscar una misión pues como escribió en su diario en 1970: «Ser simplemente una presencia sería desastroso». Fue ecologista desde los años sesenta, cuando esto resultaba una excentricidad, defensor del patrimonio artístico e histórico, y también como buen conocedor de las religiones, ha abogado por la tolerancia religiosa; por ello declaró en una ocasión que le gustaría ser no simplemente defensor de la fe anglicana como le correspondería como cabeza de la iglesia de Inglaterra, sino de la fe en general, consciente de que en el Reino Unido, conviven ciudadanos de muy diversas creencias. Si bien sus declaraciones públicas fueron en ocasiones inevitablemente polémicas, supo elegir muy bien las causas a defender, pues hoy en día son causas muy populares.

El tercer activo de Carlos III es su trayectoria como hombre de acción. No se ha conformado con hacer declaraciones en favor de nobles causas sino que ha creado instituciones para defenderlas y lograr que tengan impacto real sobre los ciudadanos. En 1976 creo el Prince's Trust, con el fin de ayudar a jóvenes de sectores pobres o marginados; hoy en día es una de las principales organizaciones filantrópicas en el Reino Unido y muchos deben su educación y su trabajo a la ayuda financiera que proporciona. Más recientemente creó Poundbury, un pueblo construido al estilo tradicional de la arquitectura inglesa y en el que se promueve una vida comunitaria favorable para el desarrollo humano.

Todo esto no hubiera sido posible sin una gran capacidad como gestor. Un dato importante es que la Corona británica cuenta con una fortuna valorada en 15,6 billones de libras. Carlos III ha gestionado hábilmente el patrimonio del Ducado de Cornualles, que es responsabilidad del Príncipe de Gales, para financiar iniciativas que han logrado que la Corona sea considerada como un gran ente benefactor con mucho impacto social. Además, es un trabajador infatigable y en los últimos años ha ido asumiendo la principales obligaciones de la Corona a medida que la agenda de su madre era reducida por razones de edad. La impopularidad que se ganó ante varios medios de prensa a raíz de su divorcio ha impedido que todos estos logros tengan la difusión que merecen e impere una imagen errónea e injusta de un Príncipe que ha esperado ociosamente a heredar el Trono.

El nuevo Rey Carlos III está especialmente bien dotado intelectual y profesionalmente para cumplir con el papel del Rey constitucional que según Walter Bagehot es el de aconsejar, promover y advertir. Algunos temen que precisamente por su preparación y compromiso con tantas causas lleve incluso a exceder los límites que le marca la constitución. Pero sabe muy bien que su papel como Rey es muy distinto al que tenía anteriormente como heredero. Como ha declarado al ser proclamado Rey, siente el peso de la Historia y por ello está decidido a ganarse un lugar digno en ella.