Cómo un pequeño país centroeuropeo sostiene la defensa de Occidente

Su papel ha sido el de lanzar y promover una especie de 'crowdfunding' entre Estados al que se han ido sumando colaboradores también desde fuera de Europa. Como presidente durante mucho tiempo del Comité Militar de la OTAN, que reúne a todos los jefes de las fuerzas armadas, el presidente checo Petr Pavel tiene excelentes contactos. Y según una investigación de la revista checa 'Respekt', también ha ayudado a tupir esta red de mecenazgo la industria armamentista checa, que cuenta con redes globales.

Fiala, presentó la idea en febrero, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, y ahora se felicita por el éxito de un proyecto con vocación de continuidad. «Me alegro de que una veintena de países ya se hayan sumado a nuestra iniciativa, desde Canadá hasta Alemania, pasando por los Países Bajos y Polonia», ha dicho Fiala, «creemos que a esta seguirán más entregas, no veo ninguna razón por la que los donantes no puedan hacerlo». El gobierno checo espera poder proporcionar «otro millón en los próximos doce meses» y confía en que «esto contribuirá directamente a cambiar la situación en el frente». „Nuestro objetivo es construir un sistema a largo plazo para el suministro de municiones para armas pesadas«, ha declarado. Holanda quiere contribuir con 100 millones de euros adicionales y entre los partidarios de la iniciativa también se encuentran los países bálticos, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Luxemburgo, Noruega, Portugal y Eslovenia.

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Rusia produce tres veces más municiones que los países que apoyan a Ucrania. El Ejército ucraniano sufre una enorme escasez que hace desesperante la situación en el frente. En Washington, los suministros se atascan en el Congreso. La UE había prometido a Ucrania que la apoyaría con cientos de miles de proyectiles de artillería en la lucha contra los atacantes rusos, pero Europa carece de la capacidad necesaria de producción y, como en otras ocasiones, los socios no han conseguido ponerse de acuerdo en los detalles. Ese es el contexto en el que este pequeño país centroeuropeo ha pasado a convertirse en la esperanza de Occidente, una posición de la que se beneficia, por cierto, su sector armamentístico.

Los fabricantes checos de armas, muy centrados en la producción de municiones y con capacidad para aumentarla, se benefician de los encargos. El año pasado registraron una actividad récord en su historia y solamente Colt CZ obtuvo unos beneficios de casi 600 millones de euros, según Novinky.cz. Omnipol y el Grupo Checoslovaco (CSG) también obtuvieron abultadas ganancias en 2023, debido principalmente a la producción de municiones de gran calibre y equipos terrestres militares. La mayor parte de su producción se destinó a los países de la OTAN y una parte importante a Ucrania. STV Arms Group sigue aumentando su producción de municiones, especialmente municiones de gran calibre. En los últimos dos años, el volumen total de producción en algunas de sus instalaciones se ha multiplicado aproximadamente por diez. La mayoría de las entregas van a Ucrania, ya sea directamente o a través de programas gubernamentales europeos y estadounidenses, así como al ejército checo y otros ejércitos de la OTAN. Y las compañías checas confían en que habrá interés en sus productos incluso después de que termine la guerra en Ucrania, a medida que los ejércitos de la OTAN vacíen sus almacenes y busquen reabastecerse.

Pavel comenzó hablando de 800.000 proyectiles y su ministro de Exteriores ha aumentado la cifra hasta los 1,5 millones. Solamente por parte de Alemania, el ministro de Defensa Boris Pistorius ha confirmado que financiaría 180.000 proyectiles de artillería. En todo caso, las cifras no están del todo claras. Letonia se ha ofrecido a financiar 2.000 granadas por un valor de siete millones de euros. Esto correspondería a un precio de 3.500 euros por pieza. Sin embargo, según declaraciones checas anteriores, una granada costaría una media de 1.800 euros. A un precio de 1.800 euros, el valor total de la iniciativa sería de 2.700 millones de euros. Y el secreto mejor guardado es el origen de los proyectiles. Los países que participan en la iniciativa dicen que los proveedores no quieren parecer partidarios de Ucrania, por lo que no desean publicidad. En los círculos del gobierno letón sólo se menciona que Turquía y la India podrían considerarse países proveedores. En blogs especializados se menciona además a Egipto, Tailandia, Vietnam y Argentina, además de señalar a países que tienen grandes reservas de munición soviética antigua, incluidos Albania y Bosnia-Herzegovina, así como Azerbaiyán y Egipto, Estados entre Occidente y el bloque ruso-chino en la guerra de Ucrania que quieren ampliar su posición de poder geoestratégico mediante una política de equidistancia. El gobierno checo se limita a informar que «proceden de todos los continentes». Y en todo caso, Borrell y la UE no desempeñan ningún papel en la iniciativa checa.