La OTAN propone que Ucrania ceda territorio a cambio de su entrada en la Alianza y Kiev la obliga a rectificar

«Creo que una solución podría ser que Ucrania ceda territorio y, a cambio, reciba la membresía de la OTAN», han sido sus palabras, a las que Kiev ha reaccionado de inmediato. «Que un representante de la OTAN esté apoyando la narrativa de una cesión territorial es absolutamente inaceptable y respalda las posiciones de Rusia», ha dicho el portavoz de Exteriores, Oleg Nikolenko, tras anunciar triunfal la recuperación de la ciudad de Urozhane. Pero los argumentos de Jenssen no suenan tan mal para los grandes aliados de Ucrania, cuyas economías y posiciones geopolíticas se resienten por el prolongado apoyo a su defensa.

Sin embargo, varias horas después de estas declaraciones, el propio Jenssen matizó sus palabras sobre la posible cesión de territorio a Rusia por parte de Ucrania como parte de la negociación para su ingreso en la organización militar, asegurando que sus declaraciones fueron «erróneas» y que Kiev decidirá los términos de una futura negociación.

«Es importante que lo discutamos... uno tiene que pensar en cómo será la situación de seguridad en Ucrania después del final de la guerra», ha señalado, «hay un movimiento considerable sobre la cuestión de la futura membresía de Ucrania en la OTAN; Nos interesa a todos que la guerra no se repita». Preguntado directamente sobre si la opinión de la OTAN es que Ucrania tiene que ceder territorio a cambio de la paz con Rusia y la futura membresía de la OTAN, Jenssen recordó que corresponde a Ucrania fijar los términos de las negociaciones y señaló que la discusión sobre un posible estado de posguerra ya ha comenzado y que la cuestión de la cesión territorial a Rusia había sido planteada por otros. «No digo que tenga que ser así. Pero podría ser una posible solución», insistió Jenssen. También enfatizó que «Ucrania debe ser libre de decidir cuándo y bajo qué condiciones quiere negociar».

Tras conocer estas declaraciones, el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podoliak las ha descalificado asegurando que «esto es ridículo». «Significa tomar una decisión consciente para derrotar a la democracia, alentar a un criminal global a preservar el régimen ruso, a destruir el derecho internacional y a hacer la guerra a otras generaciones», ha escrito en las redes sociales, «si Putin no sufre una aplastante derrota, si el régimen político en Rusia no cambia y si los criminales de guerra no son castigados, entonces la guerra seguramente regresará y Rusia querrá más».

Por la parte rusa, la agencia de noticias rusa TASS ha citado al vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, Dmitry Medvedev, diciendo que si Ucrania cediera áreas para unirse a la OTAN, Kiev tendría que hacer grandes concesiones. «Para unirse al bloque, las autoridades de Kiev tendrían que renunciar incluso a la propia Kiev, la capital de la antigua Rus de Kiev», ha dicho, sugiriendo que Ucrania tendría que trasladar su capital a Lviv, «por supuesto, solo si los polacos están de acuerdo».

Este cruce de declaraciones pone de manifiesto que, al margen del discurso de la guerra, se están ya planteando escenarios de negociaciones y posguerra, después de 18 meses de combates y aunque en la cumbre del G7 de julio Stoltenberg apuntó a la necesidad de victorias militares significativas previas a esa fase: «Por supuesto, la tarea más urgente es garantizar que Ucrania pueda afirmarse. Porque si Ucrania no continúa existiendo, tampoco tiene sentido hablar de la posible membresía». En este sentido, Jenssen ha afirmado que Rusia «está sufriendo mucho desde el punto de vista militar» y parece «poco realista» que pueda ganar más territorio, por lo que la cuestión es «qué puede recuperar Ucrania».