La OTAN advierte a China de que «ayudar a Rusia sería un error»

En cuanto a China, Stoltenberg ha constatado que el régimen se ha negado a condenar la invasión de Ucrania por parte de Rusia y que después de la visita al Kremlin del máximo dirigente Xi Jinping, Pekín se está alineando cada vez más abiertamente con Moscú puesto que «se hace eco de la propaganda rusa, apoya la economía de Rusia» y llevan a cabo maniobras militares conjuntas en el Pacífico.

Según Stoltenberg, la OTAN «no considera a China como un adversario», pero su comportamiento en los últimos meses «representa un desafío» para los principios básicos que defiende la organización militar transatlántica. A pesar de que también reconoció que no había ninguna evidencia hasta ahora de que el régimen de Pekín esté suministrando armas a Rusia, la OTAN se queja de que si que está contribuyendo a que el régimen de Vladímir Putin sortee las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos.

En efecto, «China está invirtiendo fuertemente en nuevas capacidades militares», incluyendo misiles nucleares de largo alcance y al mismo tiempo «está reprimiendo los derechos democráticos de los ciudadanos en su propio país y en Hong Kong, acosa a las minorías y usa las redes sociales para vigilar a la población». Stoltenberg subrayó la importancia de mantener la unidad de la OTAN y construir lazos con socios de ideas afines «en un momento en que Pekín y Moscú están rechazando el orden internacional».

Es muy probable que el régimen comunista chino sea sensible ante este mensaje. Ayer mismo, el diario oficial en inglés 'China Daily' publicó un editorial muy crítico con la decisión de integrar a Finlandia en la OTAN diciendo que a pesar de sus enfrentamientos pasados con la Unión Soviética, este país «ha disfrutado de la paz a lo largo de la frontera de 1.340 kilómetros con su gigante vecino durante las últimas ocho décadas, gracias principalmente a su política de no alineación militar y al mantenimiento de relaciones amistosas con Moscú, incluso durante la Guerra Fría. Dada la firme oposición de Rusia a la ampliación de la OTAN hacia el este y el hecho de que no tiene disputas territoriales con Finlandia, la última medida de la OTAN para otorgarle el ingreso podría verse como una provocación y otra presión sobre Rusia».

Por ello, en una parte de la reunión de la OTAN, en la que estaba el ucraniano Dmitro Kuleba, también participaron representantes de la región de Asia–Pacífico como Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, que son socios tradicionales de la Alianza, y está previsto que los líderes de estos países serán invitados a participar en la próxima cumbre de la OTAN programada para el próximo mes de julio en Vilnius, Lituania, a escasos kilómetros de la frontera con Bielorrusia.

La reunión de ministros de la OTAN ha coincidido con la llegada a Pekín del presidente francés, Emmanuel Macron y la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Al llegar a Pekín, Macron dijo que cualquiera que ayude a Rusia en su guerra de agresión contra Ucrania sería visto como un «cómplice», pero al mismo tiempo admitió que Pekín puede desempeñar un «papel importante» en la búsqueda de un camino hacia la paz en Ucrania y por ello insistió en que la Unión Europea «no debe desvincularse de China».