Nueva Kajovka, «una catástrofe ambiental y humana de primer orden»
Daño de ecosistemas, peligros de salubridad, contaminación tóxica de las aguas y riesgos nucleares; son varias las amenazas que acarrea la destrucción de la represa ucraniana, según experto de Greenpeace
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Las consecuencias trascienden la estrategia militar. La destrucción de la represa de Nueva Kajovka no solo dificulta el avance de las tropas ucranianas hacia el territorio ocupado por los rusos, sino que deforma todo el ecosistema. La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, ... ha calificado el suceso como «una grave catástrofe ecológica y humanitaria».
Donde, hasta hace pocas horas, transitaban coches y bicicletas, hoy navegan algunos botes de rescatistas. Las imágenes del desastre muestran zonas residenciales en las que solo se aprecian los tejados de algunas casas. Lo demás se encuentra bajo el agua. En algunos de esos hogares hay mascotas, y los habitantes se organizan para ponerlos a salvo. El zoológico de la ciudad está completamente inundado. 300 animales murieron ahogados. Solo los cisnes y patos lograron sobrevivir, según UAnimals, protectora de animales ucraniana.
El mayor impacto lo sufrirá el medio hídrico, asegura Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace. «Aguas abajo de la presa, el daño causado a los ecosistemas será de inmensa magnitud». Las especies afectadas no solo serán las que hacían vida en los alrededores de la represa, sino también las que residen en la desembocadura del río, cuya salinidad sufrirá una variación súbita. «Primero serán los peces, luego se verán afectadas las especies de los bosques de ribera, que quedarán sepultados y destruidos, pues dentro de la presa existía una gran cantidad de sedimentos».
Peces muertos en el fondo drenado del embalse
El experto de Greenpeace admite que una de las mayores preocupaciones reside en cómo se verá afectada la vida de todos aquellos que allí habitaban. «Mucha gente vivía directamente del río, de la pesca y también de la agricultura». Según un mensaje compartido por Zelenski la mañana de este miércoles, al menos 100.000 personas poblaban esas áreas antes de la invasión rusa y decenas de miles aún permanecen en el lugar.
«No sólo está en riesgo el suministro de agua potable, sino la salubridad». Barea explica que aquellas zonas en las que había aguas de abastecimiento, son ahora «vectores de entradas de enfermedades». «El caudal seguramente ha arrasado con sistemas de aguas fecales y llevará animales muertos; la mezcla con aguas que aprovisionan poblaciones creará un problema sanitario.
La refrigeración nuclear
Otra de las cuestiones sobre las que Barea muestra preocupación tiene que ver con la planta nuclear de Zaporiyia. Según comenta, el embalse permitía controlar el nivel de los lagos cuyas aguas servían para refrigerar la central. En el peor de los casos, «se podría llegar a producir una fusión del núcleo».
Barea no se muestra extremadamente alarmista porque «la planta solo tenía un reactor en funcionamiento, a medio gas, demandando menores cantidades de agua». Pero tampoco resta importancia a la amenaza: «Estamos hablando de la mayor central nuclear de Europa. Ríete de Chernóbil».
Un cóctel químico
«Esta gran avenida ha arrastrado una enorme cantidad de elementos, incluyendo algunos tóxicos. Habría que evaluar qué infraestructuras estaban allí instaladas. Si hubiese algún depósito de producto químico, se lo habrá llevado el agua. Es una catástrofe ambiental y humana de primer orden», sentencia el experto de Greenpeace. «Para poder evaluar los daños económicos sociales y ambientales, tendremos que esperar semanas para que bajen las agua».
El Gobierno ucraniano anunció que al menos 150 toneladas de aceite de motor se habían volcado al río y que era posible que es cifra se duplicara. Julio Barea no solo está seguro de que eso sea así, sino que pronostica una contaminación mayor. «Incluyendo lo que sea arrastrado de los campos de cultivo. Lo hemos visto, por ejemplo, con el ecocidio del Mar Menor. Como esta es una región de cultivo muy intensiva, arrastrará nitratos, pesticidas y otras cosas. Todo eso se va a mezclar y formará un cóctel químico». Y, por si fuera poco, esta tragedia crea una vía para que escombros, plásticos, y todo tipo de desechos encuentren su camino al mar.