Meloni prometió en campaña electoral un bloqueo naval para impedir la inmigración irregular. Ante la imposibilidad de realizar esa operación, la primera ministra ha optado por realizar acuerdos con Libia y Túnez, países de los que parten la mayoría de los inmigrantes que llegan a Italia.
Meloni, acompañada por la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, y por el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, ha firmado con el presidente tunecino, Kais Saied, un acuerdo de ayuda a Túnez, en gravísima situación socioeconómica, al borde la bancarrota. Le han concedido 255 millones de euros de ayuda económica, a cambio de un freno a los flujos migratorios y el compromiso de Italia y Bruselas de facilitar el acuerdo de casi 2.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El FMI exige reformas y respeto de los derechos humanos en Túnez.
«Nuevas relaciones con África»
«Este acuerdo con Túnez -declaró Meloni- debe verse como un modelo para construir nuevas relaciones con África». Por su parte, Von der Leyen prometió luchar contra los traficantes de seres humanos: «Debemos romper ese negocio, aumentaremos el control fronterizo y la repatriación en pleno cumplimiento del derecho internacional».
El FMI exige reformas y respeto de los derechos humanos en Túnez
El acuerdo no cancela los temores que suscita el enigmático presidente Saied, que llegó con democracia al poder, pero en la práctica la ha suspendido con tendencias autoritarias y xenófobas contra los inmigrantes subsaharianos en su país, según han denunciado diversas organizaciones de derechos humanos.
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