Karamanos, la feminista chilena que reniega de ser primera dama

La pareja del presidente chileno Gabriel Boric considera que el rol que le ha tocado ejercer es «conservador y clasista»

Gabriel Boric junto a Irina Karamanos tras asumir la Presidencia de Chile el pasado marzo Efe

María José ErrÁzURiz

Corresponsal en Santiago de Chile

«No soy ni primera ni dama. Pienso que hay que salir de ese término conservador y clasista». Así, frontal y sin rodeos, se dio a conocer Irina Karamanos Adrian, la pareja del presidente chileno Gabriel Boric, cuando estaban en la senda final ... para ganar la elección y un popular presentador de televisión, 'don Francisco', la presentaba ante la opinión pública. De rostro dulce y rasgos atractivos sus pocas declaraciones dan muestras, a sus 32 años, de una personalidad muy definida y comprometida con las causas feministas, indígenas y de derechos humanos, camino que ha recorrido tras realizar estudios en la Universidad de Heidelberg en Alemania.

Sus ancestros griegos y alemanes explican su compromiso también con los migrantes y su motivación para hablar español, alemán, griego, inglés, indonesio básico y ahora, aprender kawésqar, lengua de un pueblo ancestral en extinción del extremo magallánico de Chile.

Fiel representante de la milenial coalición de Gobierno, el Frente Amplio, la causa medioambiental la motiva tanto como para resolver que su guardarropa para los cuatro años en que cumplirá funciones como primera dama sea lo más ecológico posible e incluya diseños con prendas reutilizadas, compradas de segunda mano y muchas prestadas por sus amigas.

Ella y Boric han señalado que su relación, iniciada en 2019, se basa en una gran afinidad política e intelectual, y 'Chofi', como la llama el mandatario en alusión a que les gustan las alcachofas, reconoció que en algún momento le gustaría «mirar al mundo a través de los ojos de un hijo», pero que no tienen esos planes todavía. «Tuvimos un proceso de encantamiento que se podría describir como con muchas luces y colores. Creo que fue muy cómplice, como una relación muy horizontal», dijo al contar cómo se enamoraron.

Una agenda propia

De baja exposición (ha dado una sola entrevista) acompaña al presidente en sus actividades lo justo y necesario y prefiere mantener su autonomía con una agenda propia en la que destacan los temas que quiere destacar. Esto, en un intento por reformular y modernizar la institución de primera dama que a su juicio no debiera existir porque está fundada en un vínculo amoroso.

El mandatario la apoya en sus esfuerzos por mantener su identidad. Cuando un medio de comunicación la denominó «la 'polola' (novia) de Boric», él tuiteó «Irina Karamanos es su nombre. Acostumbrémonos a reconocerle agencia propia a todas las mujeres». Antes de asumir, Irina dijo que «hay que darle un giro diferente y más contemporáneo a este rol, despersonalizarlo, y esto va a significar cambiar la forma en que vemos la relación entre el poder y las mujeres que hacemos política». Pero en un paso en falso, hace algunas semanas tuvo que dar marcha atrás a la idea de renombrar el cargo de primera dama como Gabinete Irina Karamanos tras una lluvia de críticas y memes. Desde allí dirigirá las siete fundaciones que dependen de Coordinación Sociocultural de la Presidencia, y también mantendrá activa su propia fundación Procultura que desde 2009 busca dar oportunidades de desarrollo en territorios aislados. Tampoco ha dejado el dibujo y la serigrafía.

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