Kaili debe comparecer ante el juez el jueves y mientras tanto sigue detenida en la cárcel de mujeres de Haren, al norte de Bruselas. Una vez sea escuchada, el juez decidirá si prolonga la prisión preventiva o si le permite salir de la cárcel.
Su pareja, el asistente parlamentario Francesco Giorgi, ha reconocido también que formaba parte de una organización que recibía dinero tanto de Qatar como de Marruecos y de la que el principal responsable sería el ex eurodiputado socialista italiano Pier Antonio Panzeri.
Según aparece en el atestado al que ha accedido la prensa belga, Kaili «declara que conocía desde hace tiempo la actividad de su esposo con Panzeri y que maletas con dinero han transitado por su apartamento». También «reconoce haber dado instrucciones a su padre para que escondiese el dinero».
En efecto, en la operación policial que terminó con su detención, su padre había sido sorprendido por los agentes cuando se refugiaba en el interior de un hotel con una maleta en la que había unos 600.000 euros.
La todavía eurodiputada socialista griega también habría intentado advertir a Panzeri «y a otros dos eurodiputados citados en esta investigación», cuyos nombres no se mencionan, de que la policía estaba a punto de detenerla.
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