Importantes, pero menos

Últimamente, sin embargo, han ocurrido cambios en la escena internacional, el más importante el ascenso de India, que ha pasado a ser el país más poblado del planeta. China retrocede en suministradora de artículos de consumo doméstico, mientras que la India ha obtenido éxitos en alta tecnología, como explorar el cono sur de la luna, adelantándose a Estados Unidos y Rusia.

Se lo debe al hombre que la gobierna desde comienzos de este siglo, Narendra Modi, un nacionalista, que ha metido en un cajón la política tradicional de su país desde Gandhi hasta Nehru por otra mucho más agresiva que prima los intereses por encima de todo. Lo que le ha valido críticas de poco respetuoso con las normas democráticas. Pero el auge de su país en todos los demás aspectos le ha valido ganar elección tras elección y todo apunta que continuará ganándolas.

Su último éxito ha sido traer a Nueva Delhi la cumbre de este año del G-20 y haber logrado un compromiso sobre Ucrania, algo que parecía imposible, tan distantes estaban las posiciones de las partes que hoy combaten a muerte. Se consiguió gracias a concesiones de ambas partes. Moscú no aceptaría nunca una condena de su invasión del Estado vecino. Kiev no podía tolerar que se aceptase la ocupación de sus provincias orientales.

El párrafo que salvó el comunicado final es una muestra de virtuosismo: tras destacar el sufrimiento humano causado por las guerra, «reclama que todos los países deben abstenerse de amenazas o uso de la fuerza para buscar adquisiciones territoriales, la soberanía e independencia de cualquier Estado». Sin citar para nada a Putin y su guerra, pero apuntándole con el dedo, al tiempo que eleva el papel de Narendra Modi, al que cortejan tanto Washington, como Moscú, como Pekín.