Cui prodest?
Zelenski admite que sus tropas han lanzado la ofensiva para recuperar los territorios ocupados por los rusos y estos lo confirman, atribuyéndose ambas partes victorias parciales
El presidente ucraniano confirma la contraofensiva
Cuando el propio Zelenski admite que sus tropas han lanzado la ofensiva para recuperar los territorios ocupados por los rusos y estos lo confirman, atribuyéndose ambas partes victorias parciales, hay todavía quien duda de quién dinamitó la presa de Nova Kajovka, inundando cientos ... de kilómetros cuadrados al ensanchar el río Dniéper, con los pueblos y ciudades en sus orillas.
Cuando la solución es bien sencilla: basta con hacer la pregunta que se hace ese monumento de la sabiduría humana que es el Derecho Romano y aún se conserva en el Código Penal ante los delitos difíciles de resolver: Cui prodest?. ¿A quién beneficia?
Desde luego, a los ucranianos no, ya que a las pérdidas de su agricultura y poblaciones se unen las dificultades que añade a su ofensiva, privándoles de la mejor baza que tienen: los tanques norteamericanos y alemanes que han recibido directa o indirectamente y superan en mucho a los rusos.
Pero los tanques, con su montón de toneladas a cuestas, no son barcos que navegan ni siquiera turismos que pueden rodar con un palmo de agua, sino que necesitan un suelo estable para moverse y no digamos si el agua cubre sus cadenas convirtiéndolos en blancos fáciles para la artillería enemiga.
Así que la ofensiva ucraniana tuvo que desplazarse más al sur, hacia Zaporiyia, nudo importante de comunicaciones con Crimea, ya que el puente entre ésta y Rusia es muy vulnerable, como demostró el atentado sufrido no ha mucho.
Es lo que ha frenado de entrada esa «reconquista» del Donbass, la región sureste ucraniana que Moscú no está dispuesto a ceder a ningún precio, entre otras cosas porque sería la derrota de Putin.
Tampoco Kiev está dispuesta: pide a Occidente más armas, mostrándose dispuesto a poner sus muertos. Estados Unidos es favorable a dárselas, pero en Alemania y algún otro país se nota el cansancio por esa guerra, «que dura ya demasiado», dicen.
Pero aquélla no es una guerra cualquiera. Es la de una superpotencia que se niega a dejar de serlo y tiene reivindicaciones hacia el norte, sur, oeste (no al este por limitar con el Pacífico). Algo que deben de tener en cuenta Finlandia, los estados bálticos, Polonia, Moldavia ... y China.