MONNET & CO.
Gorbachov, reformar lo imposible
Quizá lo más importante de su legado es que ayudó a desmontar un régimen inviable
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Iniciar sesiónMijaíl Gorbachov ha pasado a la historia como el comunista que más contribuyó a poner fin a la guerra fría. A pesar de que Ronald Reagan y Margaret Thatcher le consideraban el representante del imperio del mal, supo entenderse bien con ellos. En 1984, ... la Dama de Hierro describió al nuevo secretario general como «un hombre con el que se podía hacer negocios». Gorbachov sabía escuchar, era pragmático y realista y se daba cuenta de las enormes debilidades estructurales de la economía soviética.
Quiso perpetuar el comunismo a través de un programa de modernización y para ello dio un giro de guion inesperado a la costosa la carrera de armamentos. En 1987 pactó con Estados Unidos un tratado sin precedentes para la eliminación de los misiles nucleares de rango intermedio. Pero sus reformas domésticas no prosperaron.
Sus iniciativas de glasnost (apertura) y perestroika (re-estructuración) y los pasos hacia la libertad de expresión no fueron suficientes. Tampoco la retirada de Afganistán tras una guerra desastrosa. Las revoluciones populares en Europa Central aceleraron el camino a la disolución definitiva de la URSS. Fue una ola que derribó al último secretario general y contra la cual no quiso utilizar la fuerza.
Cuando cayó el muro de Berlín, el historiador británico Paul Johnson explicó que «Gorbachov falló porque pensaba que el comunismo podía reformarse. No se puede. El comunismo es hasta tal punto una totalidad que cualquier intento de reforma lo destruye». Gorbachov ganó el premio Nobel en 1990 y se convirtió en un héroe fuera de su país. Pero sus conciudadanos no le perdonaron nunca los años de caos y decadencia de la etapa posterior, en la que, por subrayar un dato, la esperanza media de vida de los hombres cayó en diez años.
La cleptocracia y el autoritarismo perfecto acabaron sustituyendo a la obsoleta maquinaria política soviética. El resurgimiento nacionalista y revanchista de Vladímir Putin de nuestros días está muy lejos de la política de entendimiento internacional a la que aspiraba Gorbachov. No obstante, el antiguo secretario general aprobó la guerra en Georgia y la anexión de Crimea llevadas a cabo por Putin, al tiempo que criticaba su desprecio hacia la democracia. Quizá lo más importante de su legado es que ayudó a desmontar un régimen inviable. No fue capaz de reformarlo, pero es posible que su manera de fracasar evitara una tercera guerra mundial.
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