Haití recurre a drones suicidas contra las bandas criminales que controlan Puerto Príncipe

Más de un centenar de presuntos miembros de las bandas criminales de Haití de Gran Ravine y Village de Dieu fueron abatidos por drones en las últimas 48 horas, afirmó este miércoles la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).

Las pandillas controlan actualmente, según la Cruz Roja, el 80% de Puerto Príncipe. En lo que va del año han sido asesinadas más de 1.600 personas. Una espiral de violencia que tuvo su inicio en 2021, cuando fue asesinado en su residencia el entonces presidente Jovenel Moise.

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Juan Diego Godoy | Corresponsal en Centroamérica

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En paralelo a los enfrentamientos entre pandillas y con las fuerzas de seguridad, la realidad de Haiti se caracteriza por todo tipo de carencias: alimentos, agua potable, energía y acceso a internet. La situación es tan invivible que varias ONG con presencia en la isla han comenzado a retirarse.

En este panorama, los ataques con drones hacia grupos criminales ofrecen un hilo de oportunidad. Estos artefactos fueron lanzados por el grupo de trabajo creado por el primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aime, el pasado mes de marzo.

El Gobierno dijo en un comunicado que una de las razones por las que estos drones han causado tantas víctimas es porque fueron lanzados sobre una escuela abandonada llamada Maranatha, donde desde hace varios meses tienen su base grupos armados que aterrorizan a la población del sur de la capital. Esa base era inaccesible para la policía haitiana y por eso los drones han demostrado su utilidad.

Los drones se han convertido en la respuesta gubernamental a los ataques coordinados por pandillas contra diversos municipios del país. Gracias a estas operaciones policiales, diversas zonas de la capital están viviendo una tregua. Esto se evidencia en la reanudación de las actividades comerciales y escolares en algunos puntos que estaban en manos de las bandas.

El pasado marzo miembros de una coalición de pandillas llamada Vivre Ensemble (Convivir) irrumpieron en la ciudad de Mirebalais, en el centro de Haití, liberaron a unos 500 presos de una cárcel, invadieron la estación de Policía e incendiaron un número no precisado de casas. Los ataques se produjeron después de que civiles y policías trataran de oponerse a las bandas, que lograron tomar el control de la zona.

Y es que Haití prácticamente no tiene como defenderse frente al crimen. La ONU ha buscado sofocar la violencia de pandillas con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre de 2023, pero los resultados aún son mínimos, el equipo que ha recibido es inadecuado y sus recursos son insuficientes.