«La guerra por la sucesión de Putin ha comenzado»
Diversas autoridades de Occidente han reaccionado a lo sucedido en Rusia y entregan sus pronósticos de lo qué sucederá en la Guerra en Ucrania
Putin no cumple su compromiso de cesar a Shoigú y mantiene los cargos contra Prigozhin
Mientras otros gobiernos europeos se cuidan de no hacer declaraciones al respecto, el ministro de Exteriores checo no ha dudado en diagnosticar en voz alta el motín contra Putin como el principio del fin del líder ruso. «Probablemente podamos concluir que la lucha por ... la sucesión de Putin se ha acercado o incluso comenzado», ha dicho Jan Lipavský tras la reunión de crisis a la que había convocado a funcionarios de Exteriores, Interior, Defensa y la oficina presidencial. «No hay democracia en Rusia. Es probable que el liderazgo cambie por la fuerza; no podemos esperar mucha paz», ha advertido también sobre el carácter violento de los movimientos que espera a continuación.
El ministro checo de Interior, Vít Rakušan, considera por su parte que el régimen ruso es un «oso con pies de barro», y que «todo tipo de grupos se están formando alrededor de Putin, compitiendo por el poder: es una batalla de clanes y siempre es más feroz cuando un gran líder es más débil». Esta es la posición que el gobierno checo ha expuesto también en la reunión de los países del Grupo de Visegrado, que ha tenido lugar en Bratislava, la capital de Eslovaquia. El primer ministro checo, Petr Fiala, en el encuentro al que asistían también los jefes de gobierno de Hungría, Polonia y Eslovaquia para valorar la situación tras el golpe en Rusia y seguir coordinando en lo posible sus posturas, ha valorado lo sucedido como la prueba de la creciente debilidad de Putin.
«La tensión se ha ido acumulando durante los largos meses de una guerra que no estaba previsto que durase tanto», explica el politólogo Zdeněk Kříž, de la Universidad Masaryk de Brno, que considera que los hechos de este sábado en Rusia, cuando las tropas wagnerianas avanzaron durante largas horas hacia Moscú, dan testimonio especialmente de la tensión en el seno de las fuerzas de seguridad rusas. «Esto se debe a que la guerra en Ucrania no avanza de la forma que habían imaginado, están viendo peligrar sus puestos y sus carreras y, además, ahora comienzan a estar en desacuerdo entre ellos», apuntala la versión checa, «Putin todavía sostiene las riendas en sus manos, sin embargo, no con tanta fuerza como antes».
Para el ministro Lipavský, esta debilidad de Putin no permite cantar victoria, sino prever una reacción en el Kremlin, que podría dar acceso al ala más dura, una mala perspectiva para Ucrania a corto plazo. «El genio está fuera de la botella y no regresará fácilmente», explican fuentes diplomáticas checas», que recuerdan el golpe de Estado contra Gorbachov en 1991, que fracasó inicialmente pero volvió a la carga unos meses más tarde. «Ucrania no debe frotarse las manos porque un Putin acorralado puede ser todavía más agresivo», añaden, «pero la alegría de la gente en Rusia cuando se conoció la entrada de Prigozhin en Rostov muestra muy claramente que ha perdido ya a muchos rusos».
El Instituto Estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW) habla de «graves debilidades» que la rebelión ha expuesto tanto en el gobierno como en el ministerio de defensa rusos. «Muestra claramente que las fuerzas de seguridad de Rusia son vulnerables y que Putin no puede responder a la amenaza interna de manera oportuna», afirma, sin descartar que el ministro de Defensa Shoigu y el jefe del Estado Mayor Gerasimov sean finalmente destituidos. «A Putin le ha estallado una guerra dentro de su propio gobierno», celebran fuentes diplomáticas estadounidenses. Sin embargo, tanto en la República Checa como en la vecina Eslovaquia, hay quien no descarta que el traslado a Bielorrusia del jefe de Wagner, Yevgeny Prososhin, constituya en realidad un movimiento táctico, el preludio de un despliegue encubierto.
El experto en Rusia Stefan Meister de la Sociedad Alemana de Política Exterior (DGAP) ha expresado su escepticismo sobre los hechos y ha declarado al semanario FOCUS que «hay algunos indicios que me sorprenden mucho». Meister llama a no bajar la guardia y señala la inexplicable falta de una reacción adecuada a los ataques de los mercenarios de Wagner por parte de Putin. «Tampoco es creíble el repentino papel de Lukashenko como mediador: De repente entra en juego como un supuesto mediador un dictador que depende completamente del Kremlin y que en realidad no tiene nada que decir. Parece escenificado, como si se necesitara un títere aquí para distraer», sospecha.
El editor del diario checo Blick.ch, Guido Felder, se ha sumado a la línea de desconfianza y sospechar que el presidente de Rusia «podría estar detrás de todo». «Todo tiene que ver con la guerra de Ucrania; es bastante concebible que Prigozhin se retire a Bielorrusia, para reagrupar a sus combatientes y lanzar un ataque contra Ucrania que tome por sorpresa». Esto explicaría que servicios de inteligencia infiltrados desde hace meses en las filas de Wagner, como posiblemente el alemán BND, no fuesen capaces de advertir a tiempo sobre el levantamiento.
El Servicio Federal de Inteligencia (BND) informó por primera vez al ejecutivo alemán de la insurrección en la mañana del 24 de junio, cuando los mercenarios bajo el mando de Prigozhin ya habían ocupado ya Rostov-on-Don. El 23 de junio, en una sesión informativa confidencial sobre la situación en Ucrania en el Ministerio de Defensa de Berlín, a la que asistieron también varios diputados, nadie adelantó lo que unas horas más tarde ocupaba ya todos los titulares. Los altos funcionarios del BND presentes «no dijeron una palabra» sobre una posible lucha por el poder en Rusia.
La inteligencia estadounidense. Por el contrario, se enteró a mediados de junio de que Prigozhin estaba preparando una insurrección en Rusia y, según New York Times, informaron a la Casa Blanca, al Departamento de Defensa y al Congreso estadounidense de la revuelta del grupo Wagner 24 horas antes de que comenzara. Dado el nivel de intercambio de información que los servicios de inteligencia de Alemania y EE.UU. comparten en el grupo 'Cinco Ojos' (FVEY), resulta sorprendente que esa información no hubiese llegado al BND. El hecho de que la agencia desconociera los acontecimientos importantes en Rusia será el tema central de la reunión de hoy del comité de asuntos exteriores del Bundestag. De confirmarse, sería la tercera vez que el BND es pillado por sorpresa, tras la reconquista de Kabul por parte de los talibanes en 2021 y la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero del año pasado. En esa fecha, el director del Servicio Federal de Inteligencia, Bruno Kahl, se encontraba en kiev y tuvo que ser extraído mientras la capital de la antigua república soviética era bombardeada por fuerzas rusas.
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