El Grupo de Visegrado se plantea incluir a Eslovenia

La propuesta la presentó formalmente el presidente checo Miloš Zeman en la primera reunión conjunta presencial desde que Rusia invadió Ucrania. Zeman reconoció su aprecio por el hecho de que todos los países de Visegrado hayan sumado grandes esfuerzos para acoger a los refugiados ucranianos y señaló que la cooperación dentro del grupo es tan útil como otros formatos similares, poniendo como ejemplo los países del Benelux.

«Visegrado ha demostrado su papel al evitar intentos de distribuir inmigrantes ilegales por cuotas entre países europeos individuales», recordó, y justificó la a su juicio deseable inclusión de Eslovenia con ejemplos de cooperación que se vienen produciendo entre Liubliana y las capitales del Grupo de Visegrado, gracias aun progresivo acercamiento del gobierno de Janez Jansa.

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Los líderes de Visegrado y Eslovenia se reunieron en julio en Lubliana para discutir la agenda de la presidencia rotatoria del Consejo Europeo, en un ambiente de fraternidad y casi complicidad, imagen de un bloque que marca distancias con Bruselas. En aquella ocasión, el orden del día versaba sobre inversiones, seguridad y ampliación de mercados a través de los Balcanes Occidentales. Ahora han discutido cuestiones de seguridad energética, la inflación y la posible expansión del grupo, conscientes de la creciente importancia geoestratégica que han adquirido a medida que transcurren los meses de guerra en Ucrania.

En unos meses clave en los que Alemania se debatía en dudas, Estonia, Polonia y la República Checa tomaron la iniciativa de apoyo a Kiev, tanto en la acogida de siete millones de refugiados como en la entrega de armas. Estos países son ahora la imagen de la resistencia europea contra Putin. Las medidas europeas más duras contra Moscú las pidieron primero Varsovia y Tallin, antes de que Alemania terminase aceptándolas a regañadientes.

Eslovaquia, Rumanía o Polonia, cuyas advertencias sobre una Rusia agresiva fueron descartadas en Bruselas como histéricas, son ahora socios clave para EE.UU. y la OTAN, depositarios de mayor confianza y dinamismo, por tratarse de países que han estado disfrutando de mayor crecimiento económico durante las últimas décadas.

En el este de la UE se está creando un área económica integrada por más de 150 millones de habitantes, que el economista de Cracovia Marcin Kedzierski describe como «una seria competencia política y económica para la UE germano-francesa», de la que forman parte también Estonia, Letonia y Lituania. En las redes sociales centroeuropeas, se percibe a figuras como Kaja Kallas como la sucesora de Merkel.

Entre los líderes de Visegrado, se percibe además una nueva complicidad, como quedó de manifiesto en los elogios a Zeman, cuyo segundo mandato presidencial finaliza a principios del próximo año. El polaco, Andrzej Duda lo describió como un político «inteligente e ingenioso», mientras que la presidenta húngara Katalin Nováková reconoció su trayectoria y que será echado de menos. Aun así sigue habiendo brechas causadas por el Kremlin.

La presidenta eslovaca Zuzana Čaputová señaló la posición inconsistente de los países de Visegrado sobre la ayuda militar a Kiev, después de que Hungría se haya negado a permitir que los suministros de armas occidentales fluyan a través de su territorio hacia Ucrania. Aproximadamente la mitad de los eslovacos justifica a Rusia en las encuestas. Sin embargo, se han dado claros pasos de consolidación y acercamiento entre las posiciones del grupo. Zeman, conocido por su postura prorrusa antes de la guerra destacó que Budapest está ayudando a Kiev, por ejemplo, a desminar el territorio ucraniano.