El sur de Inglaterra asiste atónito estos días a un caso de maltrato infantil por el que un matrimonio ha sido condenado a seis años de cárcel.
Christopher Bennett y Gemma Brogan, de 35 y 41 años respectivamente, tenían a sus siete hijos, de entre ... 4 y 17 años, en condiciones insalubres rodeados de basura y heces de hasta 35 perros -alguno ya fallecido- en su vivienda de East Sussex.
La policía descubrió la dramática escena al acudir a la vivienda por un presunto caso de violencia de género: Bennet había alertado a las autoridades de que iba a apuñalar a Brogan.
Al acudir a la llamada, los agentes se encontraron con una escena que les heló la sangre. Siete niños con evidentes signos de desnutrición y con una profunda suciedad habitaban en la casa.
En una de las habitaciones, uno de los hermanos pequeños, de siete años, dormía en un sofá junto a el cadáver de un perro, ambos cubiertos de heces.
El hedor fue una de las primeras señales de que algo no iba bien en la casa, que estaba repleta de restos de comida podrida, excrementos y ropa en estado de extrema suciedad, lo que los policías calificaron de «impactante y repugnante».
No sabían lavarse los dientes o comer con cubiertos
Los niños fueron inmediatamente llevados al hospital para ser examinados por los médicos, que tuvieron que intervenir para la extracción de varios dientes podridos debido a la absoluta falta de higiene a la que habían sido sometidos.
Fueron después puestos en manos de los servicios sociales, donde comprobaron que los niños mostraban una preocupante falta de habilidades sociales así como nulo conocimiento a la hora de llevar a cabo tareas básicas como ducharse, lavarse los dientes o, incluso, coger un tenedor para comer.
Alguno de los niños, indica el 'Daily Mail', ni siqueira sabía leer o escribir ni identificar los meses o los días de la semana.
Delito de crueldad animal
Además del citado perro fallecido, las autoridades han contabilizado otros 35 canes más en la vivienda, que también han sido trasladados a centros veterinarios para cuidar su salud ante la grave falta de cuidados.
El juez instructor del caso así como la Fiscalía corroboraron los delitos de maltrato infantil y de crueldad animal, y constataron que los padres tenían recursos económicos suficientes para hacerse cargo de los niños, que ya han sido reubicados en casas de familias de acogida.
Los padres han sido condenados a seis años de cárcel por siete cargos de negligencia infantil y a la prohibición de volver a tener animales de por vida, en el caso del padre de familia.
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